Un día, del no lejano invierno, estuvimos cafeteando Carlos, Esteban y Jaime y salió a relucir la evocación de cómo fueron criados por sus padres en este vasto y austero desierto. Pasamos revista a diversos temas y rozamos lo que podemos llamar las preocupaciones de estos tiempos violentos que estamos viviendo en el desierto. Nuestra atención se centro en los niños y los adolescentes y el futuro que les espera. Mi amigo Jaime con un dejo de humor dijo: Si nos preocupa qué le va a suceder a la nueva generación, les digo que ellos crecerán y comenzarán a preocuparse sobre la nueva generación. El pasado y el futuro son la fuente de preocupación del ser humano pero olvidamos que en el presente de nuestras vidas está la oportunidad para ocuparnos creativamente en hacer algo valioso para la nueva generación y para nosotros.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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sábado, 2 de abril de 2011
viernes, 25 de marzo de 2011
Como agua clara
El ser humano que vive intensa y plenamente el presente no necesita vivir en el futuro, lo cual no tiene nada que ver con estar de espaldas al futuro, a la previsión de los eventos etc. Esta actitud de vida destaca la necesidad y rentabilidad, si se puede hablar así, de una vida centrada en cada paso, en cada respiración, en cada intención, en cada acción por pequeña que sea. Todo vivido en este hoy, en este día que tenemos entre las manos como preciosa agua para llevarnos a la boca sedienta. Además del trabajo de la imaginación que mira al futuro, nada lo tenemos por seguro ni por cierto. Lo que si está en nuestras manos es este regalo llamado Presente .El Presente es vital, es invalorable como el agua clara para nosotros que vivimos en el desierto. Agradecemos cada gota que compone un humilde jarrito de barro cocido con agua clara que nos llevamos a la boca en el medio día cuando la sed apremia. Así podemos apreciar que cada minuto cuenta, que no hay hora perdida ni día baldío, ni vida eriaza y barrida por el viento sin rumbo.
domingo, 20 de junio de 2010
Sólo unas gotas de agua
Vivimos en el mundo físico que nos ha tocado, en un tiempo hemos nacido y no en otro. Son dos elementos indispensables: tiempo y espacio. ¿Cómo vivimos en este mundo, que deseos albergamos en nuestro ser? Ese es otro cantar. Cada cual se imagina la vida que desea y desea la vida que imagina. Sucede de pronto que, como decía un viejo sabio en el desierto: Tu mundo, es tu creación. El mundo natural es de todos. Igual que la araña teje su propia tela así nosotros tejemos la tela de nuestra vida. A veces esa tela es la propia trampa de la que no nos podemos salir. Algunos seres tejen la tela que los atrapa y su tela se llama deseo, sí, deseo de poder, dinero y hasta el deseo del paraíso. Nuestro mundo interior no cesa de desear y desear y por tanto desear mirando al futuro…se nos escapa de las manos, el presente que calma la sed. Se nos escapa el presente y eso nos hace sentirnos como peces fuera del agua. Por eso en el desierto apreciamos cada gota de agua –llamada presente- unas cuantas gotas nos bastan. No anhelamos tener el océano con nosotros.
jueves, 8 de abril de 2010
Fecha memorable
Las fechas memorables y las que se olvidan, caminan fácilmente ante nuestra consciencia y ante nuestro inevitable presente histórico –el único en el que es posible dejar una huella en la historia humana. Sí, el presente. En este desierto nos llega el eco de la memorable próxima fecha llamada el bicentenario de la independencia mexicana. Estos tiempos no son muy diferentes a otros tiempos no lejanos como el de las dos grandes guerras mundiales o el de la revolución mexicana. El ánimo colectivo no está exultante. Por eso creo que viene bien recordar estas líneas de un hombre testigo privilegiado del siglo XX: Vosotros, que surgiréis del marasmo en el que nosotros nos hemos hundido, cuando habléis de vuestras debilidades, pensad también en los tiempos sombríos de los que os habéis escapado. Cambiábamos de país como de zapatos a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella. Y sin embargo, sabíamos que también el odio contra la bajeza desfigura la cara. También la ira contra la injusticia pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros, que queríamos preparar el camino para la amabilidad no pudimos ser amables. Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos en que el hombre sea amigo del hombre, pensad en nosotros con indulgencia.
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