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viernes, 7 de agosto de 2015

A tientas y a ciegas

Los llamados "nuestros tiempos" no son muy diferentes de "otros tiempos".
Los humanos no siempre tenemos claridad en nuestras ideas.
Los humanos no siempre tenemos serenidad en nuestros sentimientos.
Los humanos no solemos actuar con congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
Nuestra vida suele oscilar entre la claridad y la confusión.
La confusión nos aleja de ese estado de bien estar y bien ser que anhelamos.
Nuestras familias, los grupos humanos, nuestra patria y la humanidad suele caminar a tientas y aunque tiene ojos no ve con claridad a dónde se dirige realmente.
Para completar el cuadro los humanos tenemos el privilegio de estar dotados de "la palabra".
J. Sartre  conocedor de ese privilegio  anotó en una libreta este brevísimo mensaje:
"Cada palabra tiene consecuencias
 Cada silencio tiene consecuencias también..."

miércoles, 18 de marzo de 2015

Camino en una sola dirección



Los grandes inventos de transporte como el automovil,el avión, ,el barco y hasta una bicicleta , se han diseñado para desplazarse siempre hacia adelante -aunque lo pueden hacer para atrás eventualmente- pero ese  no es su propósito. En otro orden de realidad como la vida humana sucede lo mismo y fue anotado por Sören Kierkegaard:  Se puede comprender la vida hacia atrás; vivirla siempre hacia delante. La vida humana tiene esta peculiaridad, es el camino en una sola dirección.



miércoles, 6 de julio de 2011

La nave de la vida



La navegación por aire, mar y tierra requiere de un Norte y de  mínimos  instrumentos,capacidad de observación, atención correcta , perseverancia para mantener el rumbo. Uno de esos instrumentos es la boca, los ojos y el corazón. Un principio  de navegar por la vida dice: No permitas que tus oídos acepten lo que tus ojos no han visto, no permitas que tu boca hable lo que tu corazón no ha sentido. El navegante cuida de sus instrumentos a través del armonioso funcionamiento. Suena sencillo, pero el arte de navegar lleva muchas horas de vuelo bajo condiciones venturosas, desventuradas, adversas y perversas y en todas ellas ha de estar atento el navegante.

viernes, 13 de mayo de 2011

Cosas grandes, cosas pequeñas


Las grandes mujeres y los grandes hombres fueron los últimos en saber y darse cuenta que lo fueron. Esas mujeres y hombres que solemos admirar por sus logros, conquistas, innovaciones y sacrificios fueron seres que vivieron días de 24 horas como nosotros pero supieron aprovechar algunos momentos; fueron mujeres y hombres sujetos a las mismas necesidades como nosotros: querían ser felices y evitar los sufrimientos innecesarios, querían no perder de vista la dirección elegida para sus vidas. En pocas palabras, cuando observamos esas vidas podemos concluir lo siguiente: Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas. Esta visión de la vida está emparentada con el viejo proceder japonés llamado Kaisen o metodología para  avanzar con pequeños pasos, continuos, tenaces, entusiastas, pese a todo.