En el cielo de los inventos humanos estan dos obras de
ingenio y de ingeniería, dos obras que requieren manos humanas, horas , sudor y
lágrimas. Me refiero a los puentes y a las murallas. Pensar en ellos y
sentirlos despierta sentimientos diversos, encontrados. Los puentes y las
murallas o muros tienen sus propios relatos, su épica, su tragedia propia.
Los puentes son la expresión de la perpetua
necesidad y de la propia curiosidad: ¿qué hay del otro lado del río?
¿qué hay del otro lado del abismo?. El puente
acorta distancias, une anhelos, promueve intereses, fraterniza,convoca,atrae.
El puente es uno en su función: '
unir'.
Diverso en sus materiales, diseño, estilo. La narrativa del puente recorre
todos los géneros literarios, desborda en las novelas, los dramas, la poesía, la
historia, la bélica, la iconografía y las canciones.
La muralla,el muro
acentúa el miedo,la distancia,el límite que
impide la vista,el contacto.La muralla tiene una narrativa ,una épica y una
tragedia que borda alrededor del miedo,la amenaza,la defensa,el asedio y el
acoso. Mientras el puente es claridad y sutileza la muralla es o pretende
ser
pesada, densa, opaca, inescrutable,
misteriosa, inalcanzable, inexpugnable,oscura. La estética de la muralla no
llega a suavizar , menos borrar , su íntimo propisto
excluyente, perturbador, encerrado. Hay una psicología o una tipología del puente
y la muralla?
La literatura responde afrmativamente.
Hay seres humanos cuya vida es la muestra viva de quien tiende puentes y
caminos, plazas y encuentros. Por lo contrario, la exclusión,el racismo,el
fanatismo,el fundamentalismo,la tiranía son familiares con el muro,la muralla
cuyo cimiento es el miedo, la obsesión.