Hay un tiempo de la vida que corresponde a la etapa temprana de la juventud donde nuestro afán de ser reconocidos, aceptados, destacar y darnos a notar hace que estemos en una disposición mental y de actitud preñada de ansiedad. La etapa tardía de la vida se caracteriza por todo lo contrario: uno está a gusto consigo mismo y basta con la propia aprobación y reconocimiento para seguir viviendo. Un viejo amigo me obsequió una brevísima nota que la guardé con afecto en un libro. Hoy la recupero para compartirla y resuena así: La Tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; La Inteligencia detrás para poder ver.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
Mostrando entradas con la etiqueta Tonterías. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Tonterías. Mostrar todas las entradas
martes, 10 de mayo de 2011
lunes, 4 de abril de 2011
Cinco minutos
Una de las primeras pruebas para los niños es aprender a preguntar con libertad para pensar, sin temor para expresar, sin miedo a ser juzgado ridiculizado y si así lo fuere con la fortaleza para sobrevolar esa circunstancia. Preguntar y ser preguntón es parte de nuestro despertar movidos por el asombro, la sorpresa y la admiración. Conservar esa frescura toda la vida es la manifestación maravillosa de estar habitados por el espíritu del fuego. Recuerdo haber preguntado muchas, muchas veces, desde niño, sobre aquello que me interesaba saber o que no comprendía, hasta que quedaba satisfecho al menos parcialmente. Algunas veces vi caras de sorpresa ante mis preguntas y no olvido la risita sarcástica y burlona, pero no me importó. Al cabo, el preguntar nos convierte en tontos por cinco minutos, pero el no preguntar por miedo hace que permanezcamos tontos el resto de la vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)