Los humanos nos debemos unos a otros para
aprender qué es bueno para comer y beber, nos debemos unos a otro, pues unos
cultivan y otros producen y los últimos,
comemos de su trabajo y les retribuimos monetariamente. Es clara pues la interdependencia. Por esta razón desde
los tiempos más remotos se le atribuye
su dimensión sagrada -no sólo al
trabajo sino a los frutos de la tierra- pues todo el conjunto contribuye a
mantenernos en la vida y cumplir todos juntos nuestras tareas y misión en el
mundo. Andando en una feria artesanal popular fui encontrado por un puesto de
chocolate -hecho a mano, proveniente del
estado de Oaxaca. El chocolate en bolita, pulcramente presentado, en un
chiquigüite tejido a mano -cestito de
paja tejida- decía lo siguiente que es
un verdadero regalo: El chocolate es tan
santo que de rodillas se muele, juntas
las manos se bate y viendo al cielo se bebe.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
viernes, 29 de marzo de 2013
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