sábado, 14 de diciembre de 2013

Conocer y recordar





El conocimiento es como la pierna izquierda que necesita de la memoria  o pierna derecha, para poder caminar. He aquí un clásico problema que interesa a los filósofos y a muchos curiosos entre los que me incluyo . El asunto no tendría mayor relevancia si no es porque en el plano de la vida y de la existencia cobra un relieve mayor. Por ejemplo ¿cómo hablo de mí mismo? ¿qué es lo importante en lo vivido por mí? ¿qué recuerdo, que no recuerdo y que no me gusta recordar? Y cuando recuerdo lo vivido, ¿cómo me lo cuento a mí mismo y cómo te lo cuento a ti? La selectividad, las predilecciones, las simpatías y antipatías son habitantes en nuestra memoria emocional. Conocedor del mundo humano, nuestro querido Gabo[1] anotó en su libreta: La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y cómo la recuerda para contarla. Así que el trabajo de los biógrafos e historiadores -sin dejar de tener valor- es una aproximación relativa al mundo interno de los seres humanos.







[1] G García Márquez

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