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martes, 20 de enero de 2015

La mar de lágrimas





Una amiga enfermera con muchas horas de vuelo en  la atención de pacientes terminales me regaló un breve y luminoso texto que nos lleva a nuestras raíces para enriquecer a  nuestro presente de cara al futuro:    “¿Qué hay entre las lágrimas y la boca? preguntó el pintor, mientras pintaba el rostro de una mujer anciana. Pasado un tiempo él se respondió: la nariz. Pregunta poco usual y respuesta poco usual. La nariz siente con el olfato,  registra el eco lejano de las lágrimas. Ese eco trae el recuerdo de la mar salada. Quizá esta es la explicación que dice: cuanto más grande el dolor me siento inundado por una mar de lágrimas. Antes de que las lágrimas lleguen al puerto de la boca, el olfato anuncia que han hecho un largo viaje desde la mar salada”. 

lunes, 1 de julio de 2013

Acordarse





Acordarse del agua en la sequía 
no hace brotar ni florecer los ramos, así anotó Antonio Gala en uno de sus poemas para recordarnos que las oportunidades llegan, están y se marchan y si no las tomamos es tiempo desperdiciado. Bien sabemos los hombres de este desierto nuestro qué significa la palabra sequía. Sabia reflexión que halla su espejo, su eco distante en la expresión de la gente de nuestro desierto amante de las nogaleras: Dios nos da las nueces pero no las parte. En todo lo emprendido y en todo fruto está la responsabilidad de la mano humana. Esa es nuestra hermosa parte.

jueves, 5 de agosto de 2010

De orilla a orilla


Hay una serie de movimientos llamados pendulares que desde siempre han cautivado a la curiosidad humana y entre los cautivos de esa curiosidad me encuentro desde los primeros años de mi vida. Veamos al mar y su eterno oleaje que como viene, va y vuelve,  lo que una vez fue. La primera vez que escuché mi voz lejana y cercana, llamada eco, fue en una cueva con petroglifos en un  navegar de los tiempos. Puede suceder que un movimiento pendular tarde años en hacer su viaje de retorno y, entonces estamos ante la conmovedora vivencia que le llevó a Meira Delmar a escribir unas líneas que son inolvidables:

Un breve instante se cruzaron
tu mirada y la mía.
Y supe de repente
-no sé si tú también-
que en un tiempo
sin años ni relojes,
otro tiempo,
tus ojos y mis ojos
se habían encontrado,
y esto de ahora
no era más que un eco,
la ola que regresa,
atravesando mares,
hasta la antigua orilla.

-Inspirado por Meira Delmar (1921-2009) Reminiscencia.