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viernes, 30 de enero de 2015

Tardes de verano




Las tardes del verano nos regalaban aguaceros con tremendas gotas salpicantes y marchantes dentro del caudal y la pendiente de la calle, un ejército de soldaditos. Allá, en el alto cielo los truenos fueron  un temido ejército galopante. Un cielo poblado por ovejas grandes, medianas y pequeñitas  que tan pronto llegaban,desaparecían en el matadero del horizonte. Las tardes del verano, un libro abierto sobre el breve tiempo,  la breve vida  –con ese agridulce inconfundible.

viernes, 2 de agosto de 2013

Una gota, un granito






Para tomar nuestros alimentos empleamos unas gotas de limón, de aceite o unos granitos de sal o pimienta. Sabemos que esas pequeñeces hacen la diferencia en el sabor y no se pueden exagerar porque las consecuencias son claras: los alimentos se vuelven incomibles. Esta observación sucede en otros aspectos de nuestra vida como en nuestra actitud ante la vida y sus cambiantes circunstancias. Un hombre de trabajo como W Clement Stone anotó al final de su vida: Hay una pequeña diferencia entre la gente, pero esa pequeña diferencia hace una gran diferencia. La pequeña diferencia es la  actitud. La gran diferencia es si es positiva o negativa. La actitud es como un granito de sal, hace la completa diferencia