Las tardes del verano nos regalaban
aguaceros con tremendas gotas salpicantes y marchantes dentro del
caudal y la pendiente de la calle, un ejército de soldaditos. Allá, en el alto cielo los truenos fueron un temido ejército galopante. Un cielo
poblado por ovejas grandes, medianas y pequeñitas que tan pronto llegaban,desaparecían en el
matadero del horizonte. Las tardes del verano, un libro abierto sobre el breve
tiempo, la breve vida –con ese agridulce inconfundible.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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viernes, 30 de enero de 2015
viernes, 2 de agosto de 2013
Una gota, un granito
Para tomar nuestros alimentos empleamos unas gotas de limón, de aceite o
unos granitos de sal o pimienta. Sabemos que esas pequeñeces hacen la
diferencia en el sabor y no se pueden exagerar porque las consecuencias son
claras: los alimentos se vuelven incomibles. Esta observación sucede en otros
aspectos de nuestra vida como en nuestra actitud ante la vida y sus cambiantes
circunstancias. Un hombre de trabajo como W Clement Stone anotó al final de su
vida: Hay una pequeña diferencia entre la
gente, pero esa pequeña diferencia hace una gran diferencia. La pequeña
diferencia es la actitud. La gran diferencia es si es positiva o negativa. La actitud es como un granito de sal, hace
la completa diferencia
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