Mostrando entradas con la etiqueta Aroma. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Aroma. Mostrar todas las entradas

jueves, 16 de julio de 2015

Aroma,Niebla,Humo,Insinuación

The Dragon Smoke Escaping
from Mount Fuji, by Hokusai

Nuestra tradición y herencia cultural occidental esta marcada por el culto a la luz, la claridad, la precisión, la lógica y lo hacemos con tal intensidad y entusiasmo que suele sonar excluyente de todo lo demás. Sin embargo, la vida cotidiana está llena de percepciones, intuiciones, alusiones, penumbra, opiniones, vaguedad, insinuación, intuición, vislumbre... que son partes de la realidad igualmente válidas. Imaginemos un poema que nos insinúa , imaginemos ¿qué hay detrás de la niebla en el camino? ¿qué oculta la lluvia fina que nubla nuestra vista? el humo , el vapor, las frases incompletas, los puntos suspensivos en una descripción. Las relaciones interpersonales y amorosas no son la excepción. El ser humano es misterio y misterioso  -para sí mismo y para los otros-  en su forma de presentarse y develarse. Al final, pero no menos valiosa, está la consideración del amor apasionado de los occidentales por las lociones y  los perfumes que crean una atmósfera misteriosa que envuelve los finos pliegues de la piel y aunque nos encanta insinuar y sugerir también ocultan el verdadero olor del ser humano en su natural desnudez. Una palabra japonesa  -misteriosa para nosotros-  sintetiza todo lo que con muchas palabras he tratado de compartir: Yugen


viernes, 30 de enero de 2015

Tardes de verano




Las tardes del verano nos regalaban aguaceros con tremendas gotas salpicantes y marchantes dentro del caudal y la pendiente de la calle, un ejército de soldaditos. Allá, en el alto cielo los truenos fueron  un temido ejército galopante. Un cielo poblado por ovejas grandes, medianas y pequeñitas  que tan pronto llegaban,desaparecían en el matadero del horizonte. Las tardes del verano, un libro abierto sobre el breve tiempo,  la breve vida  –con ese agridulce inconfundible.

miércoles, 10 de abril de 2013

El aroma de la sal...





Cada cual sabe del tiempo, intuye el tiempo, intuye su tiempo. Esto sucede ,particularmente, cuando nos queda poco tiempo en esta vida. Así lo dijo en buen José Luis Sampedro quien acaba de partir después de una vida dedicada al estudio del papel que la economía juega para ayudar a que los seres humanos puedan vivir humanamente en este mundo:  Como los ríos que están cerca de llegar al mar ya huelo el aroma de la sal.  Suele suceder que cuando intuimos la cercanía de lo que es importante en la vida –como la inevitable partida-  podemos disponernos con una serena y pacífica  actitud.