domingo, 31 de marzo de 2013

El puente







Hay inventos que son tan elementales y maravillosos como la rueda que una vez imaginada y dada, se estableció el principio y toda su historia no ha sido  más que variaciones sobre el mismo tema –en cuanto a dimensiones,materiales,colores y apariencia y nada más. Igual suerte corre el formidable invento llamado  el puente. El puente que, en su origen, es unir el abismo entre dos orillas. Puente entre las aguas, en el vacío o entre las nubes pero al cabo es un puente. De la misma manera, la galería de los puentes en la historia humana es formidable por sus diseños, que cubren distancias y alturas mayores en una especie de competencia. Pero el principio siempre es y será el mismo: unir dos orillas ,salvar un abismo. En otro orden de realidades me he preguntado por el papel que juega nuestra mortalidad ,el hecho de tener que morir. Hoy he visto con no poca sorpresa y admiración cómo la tradición cristiana y budista ven a la muerte como el gran puente que hemos de transitar sin miedo,  pues no es un puente absurdo que quede trunco, no es un puente que se ha construido para dejarnos caer en el abismo  sino  para caminar con pie firme y confiado pues une a este mundo visible con el invisible. La peculiaridad del camino humano es que nuestro punto de partida se culmina con el puente necesario que nos permite llegar a todos  a nuestro destino final.



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