Las diferentes filosofías y religiones que se han manifestado hasta ahora
en nuestro planeta comparten con nosotros variadas formas de conducirse en la
vida o acciones éticas .Toda ética tiene diversas fundamentaciones que van
desde las conclusiones que se alcanzan por la razón hasta aquellas que se
derivan de la revelación divina. Al ser humano se le puede ver como un conjunto
de piel, huesos, carne y algo más como un precio en el mercado o como un ser
único e irrepetible con libertad ,responsabilidad, dignidad y un proyecto
personal. También se le puede ver al ser humano como una gota de agua en la
masa y perder su significación individual o considerarlo solamente como una
fuerza que produce rendimiento económico por el cual es remunerado. Estas
formas de ver y tratar al ser humano desde considerarlo objeto, máquina o algo
similar, se han sucedido a lo largo de nuestra tortuosa historia. Junto a estas
visiones una amiga me envió esta aportación que les comparto y que tiene la
fuerza para dar un giro a toda vida humana independientemente de la
espiritualidad, religión o código ético que se cultive: El amor consiste en sentir que el ser sagrado late dentro del ser
querido.[1]
De esta visión se deriva, de manera fluida y natural otra forma de
relacionarnos entre seres humanos.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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lunes, 1 de abril de 2013
domingo, 31 de marzo de 2013
El puente
Hay inventos que son tan elementales y
maravillosos como la rueda que una
vez imaginada y dada, se estableció el principio y toda su historia no ha
sido más que variaciones sobre el mismo
tema –en cuanto a dimensiones,materiales,colores y apariencia y nada más. Igual
suerte corre el formidable invento llamado
el puente. El puente que, en su origen, es unir el
abismo entre dos orillas. Puente
entre las aguas, en el vacío o entre las nubes pero al cabo es un puente. De la misma manera, la galería
de los puentes en la historia humana es formidable por sus diseños, que cubren
distancias y alturas mayores en una especie de competencia. Pero el principio
siempre es y será el mismo: unir dos
orillas ,salvar un abismo. En otro orden de realidades me he preguntado por
el papel que juega nuestra mortalidad
,el hecho de tener que morir. Hoy he visto con no poca sorpresa y admiración cómo
la tradición cristiana y budista ven a la muerte como el gran puente que hemos de transitar sin miedo,
pues no es un puente absurdo que quede
trunco, no es un puente que se ha construido para dejarnos caer en el
abismo sino para caminar con pie firme y confiado pues
une a este mundo visible con el invisible. La peculiaridad del camino humano es
que nuestro punto de partida se culmina con el puente necesario que nos permite llegar a todos a nuestro destino final.
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