He vivido una escena conmovedora de
camino a visitar a un amigo internado en una clínica. Pasé junto a una escuela
primaria y pude ver a todo un salón de clase con niños en absoluto silencio
absortos en la lectura. Un día anduve así, absorto en mis primeras lecturas de
un viaje -que por fortuna sigue con las velas desplegadas- en una travesía fascinante que aún no llega al
puerto. Quien se inicia en la lectura tempranamente puede descubrir un modo
particular de contemplar a los demás, al mundo y a la historia -de manera
gradual, casi imperceptible pues la lectura, como el arte, nos cambia. Nuestro
querido Jorge Luis anotó, para nosotros, su vivencia de la lectura en los niños:
Las lentas hojas
vuelve un niño
y grave
sueña con vagas
cosas
que no sabe.
Leer, curiosamente,
es apuntar con una linterna que proyecta su rayo luminoso en la oscuridad …pero
queda un inmenso mundo circundante en oscuridad. Por eso, hay mundos y mundos
desconocidos que nos esperan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario