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lunes, 11 de febrero de 2013

Los cambios






La vida camina de manera confusa y contradictoria. Cuando somos niños queremos y creemos que el mundo cambiará gracias a nosotros. Pasan los años y vemos que esa ilusión se desvanece. Pero ante ese desaliento ante la llamada eficacia, las causas y las consecuencias de nuestras acciones, Teresa de Calcuta dijo algo sabio fruto de su experiencia personal: A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota. Tal vez ,lo que sucede es que el mundo sí cambia y cambia gracias a nuestras pequeñas acciones pero nosotros no tenemos modo de percibir esos micro cambios ,como no podemos ver cómo se abre y se cierra la flor .Los ritmos de la naturaleza y de la historia no son lo que a nosotros nos gustan.



jueves, 31 de marzo de 2011

Lo que cuenta

Nuestra mente es el espejo de la realidad y la realidad se refleja en nuestra mente. Estamos ante la interdependencia  de todo en este universo. En la misma línea, hay una relación entre la cantidad y la calidad  de casi todo. Para ser concretos,  recordemos la diferencia que hay entre lo urgente y lo importante. No todo lo importante es urgente ni todo lo urgente es importante. Estas distinciones básicas ayudan a transitar por la vida como las líneas de pintura en el pavimento sirven de guía para quienes vamos  de paseo o corremos a un hospital. Todos necesitamos de esos pequeños  -grandes auxilios-  Un día le preguntaron a Einstein cómo tomaba sus decisiones personales y él contestó con una formulación iluminadora:
No todo lo que puede ser contado… ‘cuenta’
y no todo lo que cuenta puede ser ‘contado’.

miércoles, 12 de enero de 2011

Un potrillo y un humano

Un buen amigo ranchero de estas tierras me comentó el dato curioso de nuestra especie humana donde llegar a ser una persona completa, madura y desarrollada es un portento pues hay infinitas variables e imponderables que pueden y de hecho frustran esa aspiración. Pensemos en William Shakespeare, cumbre de la literatura, y sin embargo su hijo murió sin saber leer ni escribir. De aquí podemos concluir que la especie humana requiere de tantos y tantos apoyos y cuidados por su gran fragilidad. No así sucede con otras especies vivas, por ejemplo un potrillo quien, a los pocos minutos de nacer, se pone de pie en sus cuatro extremidadades, se amamanta y sigue a su madre. El camino humano es largo y lento para desarrollarnos, crecer y aprender. Por ejemplo, tiene que transcurrir 1 año para que yo sostenga la cabeza y 1 año y medio para caminar, 2 años para articular algunas palabras y 4 años para comunicarme en el idioma de mis padres. Una vez que estoy escolarizado necesito pasar casi un tercio de mi vida estudiando los conocimientos básicos que me permitan participar en la sociedad como persona productiva y mi vida útil, en promedio, no va más allá del segundo tercio de la vida. Todo parece señalar que nuestra vida humana está llamada a manifestarse como un proceso de calidad más que de cantidad de años vividos.