Nuestra vida esta poblada por señales diversas.
Señales para circular, navegar y volar, señales para que no se nos queme el pan
y señales para controlar la temperatura y señales para amarla señales son visuales,auditivas,olfativas
o una combinación de las mismas. Las señales son avisos, son preventivas de lo
que puede suceder. Nosotros emitimos señales con nuestra voz,gestos,mímica y
los demás seres las interpretan .Una de las señales que mas nos cuesta manejar
es el ruborizarnos o sonrojarnos. Una definición clásica dice[1]:
El rubor (conocido coloquialmente como sonrojo) es el enrojecimiento de la piel de la cara; la palabra es a menudo utilizada cuando el
enrojecimiento se corresponde a una respuesta emocional, ante ciertas emociones productoras de ansiedad
como vergüenza, culpa, ansiedad, nerviosismo o modestia. El ruborizarse puede también estar asociado a estados
de enamoramiento. Ruborizarse no sólo es una señal hacia afuera sino un
mensaje sin palabras de nuestro cuerpo que nos dice, con toda precisión ,que
tan cerca está… el amor.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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martes, 16 de julio de 2013
martes, 12 de marzo de 2013
Humo negro,humo blanco...
Mientras
escribo una buena parte del mundo está expectante del humo negro o el humo
blanco en la Capilla Sixtina vaticana que anuncia el no tener o ya tener al
nuevo Papa[1].Este
método de anuncio me merece admiración pues es tan válido como que alguien escriba,
ahora, en una máquina Underwood con carrete de tela entintada o tome
fotografías con algún viejo rollo -aún no caduco- o escuche cantar What a Wonderful World al bien amado
Louis Armstrong en algún nostálgico Long play tocado por una reliquia de tornamesa
o tocadiscos con aguja. Para la velocidad de la luz convertida en
Twitter,Facebook,You Tube el sistema del
Cónclave –con llave, a puerta cerrada- de los votos en papel, escritos a mano,
firmados y jurados, depositados, contados
e incinerados en una vetusta estufa se me antoja como ir a caballo
cuando podrías hacerlo en un Ferrari por una autostrada italiana a 220 kilómetros por hora. Pero ahí está el
encanto de saber tomarse el tiempo para lo que de veras es importante. Da lo
mismo si se trata de elegir al Summo Pontifex Romano que guiará los pasos de
unos mil trescientos millones de creyentes o elegir al Presidente de China que
gobernará a otros tantos millones. A lo importante hay que dedicarle tiempo y
los rituales valen en la medida en que permiten meditar, tomar decisiones
ponderadas y conscientes de la gravedad que está en juego. Así que, es algo con
un toque de belleza esperar en esa gran piazza petrina o ante nuestras pantallas de plasma o en nuestros teléfonos
portátiles que se levante una sutil o densa fumatta
bianca o nera para anunciarle al mundo que, el sucesor de Pedro y a su vez
sucesor de su Maestro del Mar de Tiberíades, muy pronto aparecerá en el balcón
para su primera bene dicción o palabras buenas para el mundo.
Seguimos y seguiré expectante.
viernes, 21 de diciembre de 2012
Encuentro venturoso
Los seres humanos buscamos la ayuda en
los momentos complicados, en las encrucijadas del camino y cuando sentimos que
la desesperanza ronda a nuestras vidas. Cuando esa petición nuestra es
escuchada hay que estar atentos para percibir la señal ,por mínima que parezca.
La señal, el mensaje, puede presentarse bajo mil vestimentas diferentes. A lo
largo de mi navegación he tenido la inconmensurable fortuna de ser encontrado por
un callado y discreto libro en alguna librería de esas que habitan en silencio y en penumbra. Cuando he vivido un encuentro
venturoso he recordado con gratitud a Marcel Proust: El hallazgo afortunado de un
buen libro puede cambiar el destino de un alma.
jueves, 31 de marzo de 2011
Lo que cuenta
Nuestra mente es el espejo de la realidad y la realidad se refleja en nuestra mente. Estamos ante la interdependencia de todo en este universo. En la misma línea, hay una relación entre la cantidad y la calidad de casi todo. Para ser concretos, recordemos la diferencia que hay entre lo urgente y lo importante. No todo lo importante es urgente ni todo lo urgente es importante. Estas distinciones básicas ayudan a transitar por la vida como las líneas de pintura en el pavimento sirven de guía para quienes vamos de paseo o corremos a un hospital. Todos necesitamos de esos pequeños -grandes auxilios- Un día le preguntaron a Einstein cómo tomaba sus decisiones personales y él contestó con una formulación iluminadora:
No todo lo que puede ser contado… ‘cuenta’
y no todo lo que cuenta puede ser ‘contado’.
martes, 25 de enero de 2011
Señales
En los pueblos cercanos al desierto que forman la baja serranía el otoño como el invierno son tempraneros. Eso lo sabe la gente de allá. Esos pueblos no conocían lo que es el servicio meteorológico y no confiaban en él pero si en los indígenas viejos y sabios. Por eso, si en la sierra tú ves que los viejos cortan leña en el otoño, es señal de que la nieve está agazapada en la esquina del tiempo y llegará de un momento a otro. Ese anuncio no ha fallado desde que la memoria vive entre nosotros…
lunes, 11 de octubre de 2010
Cuando…
Los que se aman hacen tratos hacen pactos se dan señales mutuas.Los que se aman se dicen: cuando veas el lucero de la mañana ahí estaré esperándote. Otros prefieren la noche: Cuando brille la Cruz del Sur nos encontraremos o Cuando surjan los primeros brotes y cuando se desprendan las primeras hojas. Una amiga querida les dijo a sus amores -a quienes dejaría pronto- al salir de este mundo: Cuando escuches el trueno me recordarás. He meditado largamente en esa elección y concluyo, provisionalmente, que el trueno anuncia al rayo que es luz y fuego. Esta amiga tuvo un corazón luminoso y ardiente y esa fue su naturaleza esencial.
Inspirado por Ana Ajmátova (1899-1966)
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