lunes, 30 de noviembre de 2009

Uno más uno igual a Uno


En un día de verano, en ese tiempo sin orillas llamado vacaciones escolares jugaba a imaginar cosas tan curiosas como: ¿si perforáramos un agujero tan profundo que atravesara a la tierra de una lado a otro en que parte del mundo apareceríamos?. En otra ocasión nos preguntábamos ¿cuáles son los países de nuestro mundo que en este momento están en completa obscuridad mientras nosotros gozamos de un día soleado y radiante?. Estas y otras inquisiciones nos mantenían entretenidos y absortos durante horas hasta que la llamada a comer nos colocaba en otro nivel de conciencia y de realidad. Sin embargo esas preguntas infantiles se transformaron en nuevas meditaciones como el viejo y siempre nuevo tema de los opuestos, los polos o dualidades que vivimos los seres humanos. Un día, afortunadamente, fui encontrado por un antiguo texto búdico, el Lankavatara Sutra que me aportó una luz que me ha acompañado a lo largo de esta travesía: La falsa imaginación enseña que cosas tales como la luz y la sombra, lo largo y lo corto, el blanco y el negro, son diferentes y deben ser diferenciadas; pero no son independientes la una de la otra; son sólo aspectos de la misma cosa, son términos de relación, no de realidad. Sus condiciones de existencia no son de carácter mutuamente excluyente; en esencia, las cosas no son dos, sino Una.


domingo, 29 de noviembre de 2009

Mundos


Confieso que el macro cosmos como el micro cosmos  son parte de mi felicidad de estar vivo. En un tiempo lejano los consideré como opuestos hasta el día en que descubrí que eran Uno que se manifestaba en escalas diferentes. Un día, caminado por la playa del mar Pacífico sur soplaba un ventarrón y pude capturar con la palma de mi mano unos granitos de arena. Después de contemplarlos como microscópicos planetas dentro de la inmensidad de la palma de mi mano comprendí que esos micro mundos, al igual que todo nuestro pequeño planeta, formaron parte de las estrellas originales. En ese instante comprendí que los polos opuestos se disolvían dentro de mí .Ha transcurrido mi viaje en este mundo y me regocija observar las fotografías satelitales que muestran a nuestra Tierra siempre iluminada y en penumbra parcialmente. Así nuestra vida no está siempre iluminada ni en la obscuridad sino en el perpetuo alternar. Este es nuestro estado natural. Cuando aceptamos esta realidad tomamos la vida con otro talante y todo lo que en ella sucede. Los extremos que nos perturban como adentro y afuera, masculino y femenino, salud y enfermedad se disuelven. Las discordias, los enemigos y las batallas podrán convertirse en concordia, amistad y campos de paz.



sábado, 28 de noviembre de 2009

Desasosiego


Crecí con la firme creencia de que el sosiego era el estado óptimo del alma y del ánimo y disfruté de sus mieles. El desasosiego, por lo contrario, lo evitaba a toda costa y paradójicamente se instalaba en mí. Hoy comprendo que los estados anímicos no son fines en sí mismos sino instantes que vivimos de manera cambiante. Más aún he llegado a descubrir y disfrutar de los momentos de desasosiego como señales de vida, de crecimiento y de cambio. Lo tan temido ahora se ha vuelto familiar y hasta señal valiosa en la vida. Por la misma razón me gustó mucho saber que un hombre de más de 80 años como José Saramago dice de su obra literaria que no está escrita ni para agradar a la gente ni para desagradarle sino para causar un cierto desasosiego. Sí, el desasosiego es necesario, muy útil, cuando los seres humanos vamos anestesiados por la vida, aborregados, creyéndonos todo sin el menor recato crítico. Los profetas, los inventores, siempre han sido incómodos y Saramago es perturbador en ese rincón donde termina el continente que se llama Portugal. Pues bienvenido un poco de desasosiego cuando pensamos y creemos que este mundo marcha sobre ruedas y nos vamos a dormir como si nada pasara. Esto está escrito en 2009 y bien vale la pena que nos sacudamos el polvo de la ceguera y el lodo de la sordera y el caparazón de la insensibilidad ante el dolor humano.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Oidoras


Hay diversas maneras de auxiliar a las personas enfermas sea en los hospitales o en sus hogares. Una buena amiga me contó de la existencia de las oidoras que son mujeres voluntarias que tienen la preparación en el arte de escuchar atentamente, sin emitir juicio alguno y sí proveen a quienes las buscan de apoyo en la búsqueda de sus soluciones y si el caso no lo permitiera, al menos se sentirán reconfortados por el hecho de haber sido escuchados con genuina atención. En este mundo de tantos ruidos ambientales y de tantos ruidos interiores causados por las turbulencias de la vida bien viene contar con un espacio donde uno pueda ser escuchado o escuchar a quien lo necesite. Vivimos en un ambiente social donde la mayoría quiere hablar, a veces en voz muy alta y hasta se padece de una verborrea extendida. Pero cuando llega el momento en que todo se hace silencio y el ser humano se queda a solas con sus propias dificultades y vericuetos interiores, qué bien viene contar con el recurso de una oidora

jueves, 26 de noviembre de 2009

Cruzar el puente


Hay advertencias que nos damos los humanos con diversos propósitos y algunas rebozan de sentido común, otras deslizan su tono censor y otras simplemente nos despiertan porque rompen la lógica de nuestro pensamiento y nos permiten ponernos de pie ante la realidad. Hoy, por la mañana una amiga le dijo a su hijo antes de cerrar la puerta de su casa: Hijo, acuérdate de que no hay que cruzar el puente antes de llegar a él. Esta expresión muy de nuestro desierto da cuenta de la realidad de la vida que es una sucesión de instantes, pasos y procesos y que todo llega cuando llega y no tiene sentido adelantarnos a las situaciones a menos de incurrir en un despropósito. Cada día me confirmo en comprobar que la escucha atenta de la sabiduría de mis amigos, cercanos y conocidos es una fuente inagotable de enriquecimiento para mí y de aprecio y admiración que siento para con ellos.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Puente sin nombre


Salir de casa y ponerse en camino por el desierto es una invitación a las sorpresas y a los imponderables. Puede cambiar el clima súbitamente, como se te puede cruzar un coyote, una serpiente, una cabeza de ganado o simplemente el silencio del paisaje te envuelve, te detienes y no encuentras palabra alguna del diccionario que nos cobije para hilar una pálida oración que dé cuenta del instante que estás viviendo. Pasan las horas y el desierto va quedando atrás mientras el horizonte se viste de pinos. Para mi sorpresa los puentes se suceden con nombres inspirados en las mínimas poblaciones rurales. La rectitud del camino se desliza insensible y de pronto parpadeo sobresaltado pues casi no creo lo que estoy viendo. Acabo de pasar por debajo del Puente sin nombre. Sí, como está escrito, dicho y visto. Un puente huérfano que lleva ese humilde nombre. Sin dejar de estar con un ojo al gato y otro al garabato en la carretera, mi mente vuela al mundo posible de los seres que han llegado a este mundo y para quien no les esperaba un nombre y se quedaron sin él. He llegado a la conclusión que en términos intrínsecos el nombre es una convención social para funcionar en grupo del cual dependemos. Mas no deja de sorprender que los expertos camineros recurrieran a su bitácora y le asignaran al puente velozmente pasado, el notable nombre, para mí, de Puente sin nombre.

Nota.- El citado puente se encuentra entre Cd Guerrero y Cd Cuahutemoc,Chihuahua.



lunes, 23 de noviembre de 2009

Raíz y brotes


El abuelo tocaba la guitarra, el hijo tocaba el tambor y el nieto un pequeño acordeón. Durante el día hundía sus callosas manos en la tierra. Al atardecer, junto al fogón componían y tocaban. Rara vez hablaban. Sus palabras fueron la música. Un día llegó un amigo querido y les preguntó cómo se llamaba el trío que habían formado. El nieto, un niño de 11 años, al ver que su abuelo y su padre no soltaban palabra alguna dijo: Nuestro grupo se llama: Raíz y brotes. Al abuelo, al hijo y al nieto le brillaron, húmedamente, los ojos. Rara vez hablaban.


domingo, 22 de noviembre de 2009

Las serpientes


Las serpientes duermen durante el invierno en el desierto. Los aires tibios de la primavera las despiertan lentamente. Su actividad en el verano es intensa pues cazan de noche y duermen de día. En el otoño elijen dos piedras que les permitan pasar por en medio de tal manera que la fricción les desprenda la vieja piel y vuelven a nacer, para continuar su nuevo ciclo de vida. Esta observación me ha instalado en un caminar paso a paso, tomado de la mano de mi propia naturaleza y de la vida misma. Me gusta recordar, en consonancia con este pensar y sentir, lo que dijo Joseph Campbell: Debemos estar dispuestos a librarnos de la vida que planeamos, para acoger la vida que nos está esperando. Hay que librarse de la vieja piel para que pueda salir la nueva. Si nos fijamos en lo viejo nos atascamos. Cuando nos aferramos a cualquier forma corremos peligro de putrefacción.



viernes, 20 de noviembre de 2009

Miedo y humor


La vida en el desierto chihuahuense es un cara a cara con el miedo y el temor a no vivir en cosa de segundos. No es el terror lejano sino el que tenemos en nuestras calles todos los días. ¿Tiene algo valioso sentir miedo? Después de vivir en medio de él ,comienzas a comprenderlo y a valorarlo.El miedo es lo que nos mueve hacia adelante. Una mirada humorística a tu situación te da distancia espiritual. El sentido del humor te salva.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Entrar en el bosque


En este mundo donde casi todo está descubierto es muy fácil seguir el consejo de nuestros mayores para tomar el sendero, la huella, el camino ya hecho por otros pues ese trabajo previo nos facilita el andar y la vida. Tomado literalmente el consejo tiene algo de razón sin duda. Pero en un sentido metafórico y más personal, el consejo no aplica para el camino de la vida, para el mundo interior de cada ser humano que llega a este mundo. En ese caso, por lo contrario, la lógica es diferente y la podemos sintetizar así: Entras al bosque, en el punto más oscuro, y no hay sendero. Donde hay camino o sendero, es un sendero ajeno. No estás en tu propio sendero. Si sigues el camino de otros, no realizarás tu potencial. Aquí está la aventura, el riesgo, el atrevimiento y la rebeldía humana para seguir el propio camino.


Inspirado por Joseph Campbell





martes, 17 de noviembre de 2009

Polos opuestos


Entre las muchas polaridades de la vida humana hay una en la vida política que trae a la humanidad de cabeza y es la vitalicia oposición entre grupos y partidos que se dicen de izquierda y de derecha, conservadores y liberales. Su oposición es vivida como exclusión del tú, del otro, del que piensa diferente a nosotros. La vida nos ha dotado de mano izquierda y mano derecha y ambas se necesitan mientras dure la vida y no nos queda otro camino que la mutua colaboración, respeto y trabajo constructivo. Aquí tenemos a otra polaridad: construcción versus destrucción y nuevamente parece ser que sufrimos del mismo maniqueísmo pues pensamos que construir es mejor que destruir. Una percepción más amplia nos revela que destruir y construir es parte de un proceso, de un continuo y bien vale recordar que: No se puede hacer una tortilla sin romper los huevos: destrucción antes de la creación. Todo proceso implica romper algo. La tierra debe romperse para producir vida. Si la semilla no muere no hay planta. El pan resulta de la muerte del trigo. La vida vive de vidas. Nuestra propia vida vive de los actos de otros.

Inspirado por Joseph Campbell







lunes, 16 de noviembre de 2009

Dominadores


He sentido desconfianza por muchas expresiones que escuché desde niño y una de ellas es el lenguaje grosero y bélico que aplicamos al referirnos a la naturaleza, a la tierra, a los fenómenos naturales como el huracán, el tifón, el granizo, las grandes olas el calor y el frio. Recuerdo que me asustaban expresiones como dominar a la naturaleza, vencerla, conquistarla. El tiempo pasó y hoy me río del gran extravío en el que vivimos los humanos civilizados. El problema si alguno hay no está en la naturaleza que es perfecta porque ella es así. Me llena de luz encontrarme con un texto que expresa formidablemente lo que siempre intuí: Cuando hablamos de arreglar los problemas del mundo, estamos descortezando el árbol que no debemos. El mundo es perfecto. Es un caos. Siempre ha sido un caos. No lo cambiaremos. Nuestro trabajo es enderezar nuestras vidas. Hemos de enderezar nuestra codicia, nuestra voracidad nuestra inmensa capacidad depredadora sin dar nada a cambio y tomarlo todo para nosotros y entre nosotros para algunos poquísimos, dejando a  los demás lejos, muy lejos de los beneficios.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Ardiendo


En estos días usamos la palabra pasión, apasionarse para indicar un estado de ánimo que se manifiesta en nuestras acciones. Así, jugamos apasionadamente y peleamos apasionadamente y casi no hay esfera de la vida -arte, ciencia, negocios, viajes- que no sea susceptible de ser vivida apasionadamente. Si vamos al origen clásico de esta palabra descubrimos que alude al concepto de combate y al padecer. El apasionamiento es una especie de combate por algo, ante algo, para algo. Sin duda esta palabra es una herencia de nuestras raíces bélicas. También podemos decir, por extensión, que el arte de vivir es vivir apasionadamente y esto lo supieron los sabios hindúes cuando uno de ellos nos retrató de la siguiente manera: No busques -la iluminación, el arte, amar, crear- si no buscas con la urgencia con la que un hombre, cuyo cabello, está en llamas ,busca el agua.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Los libros jardinados


Un libro es una vieja historia hecha con luz cósmica y aguas lustrales, con humus terráqueo, sudores humanos, árboles que aspiran a lo alto mientras conversan con su sombra. Un libro es un jardín donde florecen letras flores, palabras flores, historia de flores .Un libro es la piel del mundo, todos los aromas y en medio de ese océano navega la frágil barca de la palabra. Un libro, los libros, jardines multiplicados…

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Un tejido, un jardín


Crecí entre tres culturas. Tengo el sello del desierto en el alma, el sello de la cordillera con sus mil montañas. El sello verde de la Amazonía. Los hombres y mujeres de ese mundo son amantes de los jardines, de las plantas. Una tarde durante una soñolienta clase de historia que rondaba sobre la cultura Chimú nos mostró una lámina en la que estaba grabado un jardín, sí pero un jardín tejido multicolor bajo la forma de un poncho. Mi querido profesor y la lámina quedaron atrás pues en un instante emprendí el vuelo de la imaginación a esos desiertos y comprendí cómo los hombres no necesitaban  tener un jardín pues el jardín lo llevaban tejido en su poncho que es la prenda que arropa el alma. Si hay ser humano que valore qué es un jardín, es el hombre del desierto.

martes, 10 de noviembre de 2009

Nombre cifrado


Un nombre en cifras o cifrado es destino, podría decir, después de leer una historia de mi buen Alberto Ruy Sánchez quien vivió unos años en Paris. Fue vecino de una pastelería de barrio llamada Mil hojas. Un día la pastelería murió por causa de un incendio, pero el nombre sobrevivió transformándose en una librería de barrio llamada Mil hojas. Nueve años de vida tuvo la joven y la crisis se la llevó por los aires. Pero el nombre sobrevivió continuándose en una tienda de plantas de barrio llamada Mil hojas. ¿Dónde está el fascinante misterio? ¿En el número Mil? ¿En las hojas? ¿En las Mil inseparables de las hojas? , ¿En haber vivido en ese barrio parisino y tener fascinación por los pasteles, los libros y las plantas que están todos hechos de Mil hojas?


lunes, 9 de noviembre de 2009

Volver a nacer


¿Cuándo se convierte en hombre un niño? El abuelo respondió. Cuando descubre el verbo dar, lo conjuga y lo vive. ¿¿Cómo es eso? Yo doy y yo me doy. En ese momento deja de ser el niño que extiende la mano y pide y se convierte en la mano extendida y brazo vigoroso que se enlaza con todos los brazos del mundo. Eso se llama, también, volver a nacer.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Rueda que chilla


Una herramienta útil en el arte de comunicarse es hablar clara y directamente. Esta habilidad suele allanar las dificultades y malentendidos y nos desinstala del silencio cómodo para decir nuestra palabra. Mi amigo Esteban, hombre del desierto de pies a cabeza me ilustró lo dicho con esta expresión: A la rueda que chilla es la que se aceita. Saber decir la palabra oportuna y claramente hace que seamos escuchados. Ser escuchado genuinamente y con atención es una de las aspiraciones más universales cuando los seres humanos nos comunicamos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Imponderables


El profesor X vivió el horror de la destrucción de las torres gemelas de Nueva York el 11 de Septiembre. Aterrorizado decidió mudarse a Londres en busca de una vida más segura y tranquila. Una mañana salió de su casa rumbo a la universidad. Ya no volvió jamás a su casa. Le tocó la explosión terrorista en el tren subterráneo de Londres. El ingeniero fulano llega al aeropuerto de Rio de Janeiro y se peleó casi a muerte con tal de alcanzar asiento en el vuelo a Paris de Air France. El avión se desintegró en medio del Atlántico. En el mismo vuelo, una pareja italiana quedó en tierra y perdió el vuelo. Se salvaron. Detrás de estas historias conocidas tenemos algo que se llama imponderable. El imponderable me ha intrigado toda la vida. Imponderable tomado como azar, riesgo, circunstancia, factores, eventualidades y sobre todo como lo imprevisible. Por otro lado, casi todas las historias amorosas que me han llamado la atención en la vida, están atravesadas por lo imprevisible. Aunque los seres humanaos pareciera que disfrutamos con el orden, el control y la sensación de lo previsible, la verdad es que los verdaderos instantes que cambian nuestra vida y le dan un giro copernicano son aquellos que nunca imaginamos, que fueron imponderables. Tener conciencia de este factor torna a nuestra vida en un asombro perenne ante el cual practicamos la apertura, la flexibilidad y la entereza de ánimo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Lo que soy


Perdido en los largos discursos me gusta la brevedad. Perdido en la selva de las preguntas sobre quién es el ser humano he viajado de norte a sur y de oriente a poniente. Hoy me quedo con Marco Aurelio y su austera brevedad: Esto es todo lo que soy; un poco de carne, un breve hálito vital, y el Guía interior. Sin duda que la escucha atenta de su Guía interior le permitió escribir sus sabias Meditaciones que son mis marcas en el camino de la vida.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Un granito de incienso


A veces, suele suceder que estamos muy atentos a nosotros mismos y hasta exageramos la importancia que le damos a nuestra persona. Una manera de atemperar esa percepción y acercarme al punto medio la encontré en la experiencia de Marco Aurelio en sus célebres Meditaciones cuando vivió junto al río Danubio en la antigua Vindobona conocida como Viena. Una tarde tomó como inspiración el aroma del incienso y escribió: Muchos pequeños granos de incienso se encuentran sobre el mismo altar; uno se consumió antes, el otro más tarde; y nada importa la diferencia.

martes, 3 de noviembre de 2009

Para estos días


Para estos días en que todo lo discutimos acaloradamente como el presupuesto nacional o las medidas para abatir la violencia desbordada, el hambre que mata y la epidemia que acecha y la riqueza grosera y voraz. Ahora necesitamos detenernos todos, pues todos tenemos una parte en el asunto que nos quema las manos y el corazón llamado México. Hoy quiero traer entre nosotros a un hombre que fue gran pensador, ser sensible y sobre hombre de acción. Es Marco Aurelio. Les dijo a sus soldados: No sigas discutiendo ya acerca de qué tipo de cualidades debe reunir el hombre bueno, sino trata de serlo. Esto lo dijo uno de los más grandes militares de la historia humana quien comprendió al trabajo con uno mismo, como la tarea o batalla más grande, la más larga y más noble que podemos emprender y no desmayar.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Hacer ojitos


Nuestros ojos son mucho más que los órganos de la visión que conectan con el centro cerebral. Nuestros ojos son los artífices del mundo de las miradas. De ahí que las miradas necesiten de los ojos y los ojos están vivos gracias a la manera y estilo personal de mirar. La mirada, a su vez, trasluce sentimientos, emociones e intenciones. Los ojos y la mirada se ponen de acuerdo y en medio de su gran versatilidad nos soprenden, con lo que llamamos: me estás haciendo ojitos. Esta expresión sugiere, en algunos casos, una actitud juguetona, coqueta, que pide, invita, llama. Quizá no lo hemos advertido conscientemente pero un elemento original que participa en nuestros enamoramientos es nuestra sensibilidad para hacer ojitos a alguien o para que alguien nos haga ojitos. Sea en un caso o en otro hacer ojitos tiene una buena dosis de efecto hipnótico y ante esa señal no es fácil que podamos sustraernos. ¿Recuerdas la última vez que te han hecho ojitos o que tú lo hiciste? No me extrañará saber que ALGO maravilloso sucedió durante unos instantes o tal vez le dio un vuelco a tu vida.