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domingo, 15 de mayo de 2011

De moscas y circunstancias


Desde cierto punto de vista nuestra vida es impensable separada de las circunstancias que ,como la palabra insinúa,  nos circundan como lo que le sucedió a la niña que al comprar una plantita de albahaca recibió esta advertencia de la vendedora, una ancianita por cierto: Recuerda que si compras la albahaca también compras las moscas. Bien visto el asunto, he de tener en cuenta que las circunstancias en sí mismas no son las que te hacen dichoso o desdichado, son tus reacciones ante ellas.

martes, 22 de junio de 2010

Nuestro desierto del bicentenario

La vida, en su inmensidad, si mal no recuerdo, cabía dentro de los linderos de un pañuelo. Cada día el sol presidía en el punto más alto y desde su solio real nos guiñaba el ojo, mitad caricia, mitad ardor. Cada noche descendía sobre nosotros el tibio manto y la noche en su infinita y galáctica bondad, derramaba una lluvia de estrellas que podíamos tomar en nuestras manos, reflejadas en los charcos. Hoy, en nuestro desierto, el agua se ha secado, el sol está serio, la noche es triste, las golondrinas han migrado, la sangre chorreada se seca sobre las piedras. Sólo las moscas están contentas. La gente huye a la tierra de Nod . Sobre el dolor galopa el caballo del miedo y la niebla de arena, narcotiza a nuestra mirada.


viernes, 30 de abril de 2010

Lo grande y lo pequeño

Dentro de nuestras realidades me llama la atención la correlación entre lo grande y lo pequeño y lo relativo de toda afirmación. Por ejemplo los microbios y bacterias en su pequeñez infinitesimal son tan poderosos que pueden dar cuenta de nuestras vidas en cosa de horas y toda la aparente y supuesta grandeza y fortaleza de un ser humano se ve súbitamente reducida a un despojo. Dentro de la naturaleza y en nuestro desierto no faltan las señoras moscas, sin distingo de su sexo. Pues bien las señoras moscas dentro de su pequeñez ejercen su poder y de ello da cuenta la sabiduría popular cuando dice: Aún el león se defiende de las moscas . Es decir no hay que despreciar al rival o enemigo pequeño…



domingo, 28 de marzo de 2010

Había moscas

Un viejo amigo que conocí en un viaje fue reportero para un periódico durante años. Se llamó Roberto. El cubrió, principalmente, zonas conflictivas fuera por razones naturales como terremotos, fuegos, aludes, tsunamis o lugares de desgracias por causas humanas como los frentes de guerra. Libró mil batallas y termino su vida cubriendo una emergencia humanitaria en Grecia. Me contó que llegó a un pueblo fantasma que había sido borrado del mapa por un terremoto. Todo fue desolación y los sobrevivientes fueron reubicados en un nuevo poblado. Esta historia dentro de lo trágico es familiar en la historia humana, pues han desaparecido hasta civilizaciones completas. Hoy recuerdo a Roberto pues, sabiendo sobre esta condición humana, Issa escribió un mínimo poema:

Si había humanos,
había moscas…
y Budas

Donde hubo humanos…llegada su muerte, las moscas dieron cuenta de sus vísceras y de su excremento y hasta las imágenes de piedra que adornan los templos y los caminos pasan… Este mensaje muestra lo efímero de toda vida y de las creaciones salidas de las manos humanas. Para Issa no hubo diferencia entre humanos, moscas y Budas pues todos los seres le despertaron igual admiración por estar sujetos a la misma condición.


sábado, 13 de marzo de 2010

Un grano de trigo

En nuestro ensangrentado desierto las moscas son las reinas. Ellas trabajan sobre los cuerpos después de que todo ha pasado. Los horrores son inefables. Sólo la poesía puede hacerse cargo de lo que no cabe ni en la mente ni en el alma: Me han dicho que el pueblo, se encuentra indefenso, cual pichón de gaviota, les juro que lo he visto, como un anciano herido, como un niño de pecho, como un grano de trigo, sólo frente a un molino. Pero creo en tu fuerza, porque el trigo germina y llegará el día pueblo mío, en que se unan tus hijos, para lavar tu frente que si estás indefenso no será para siempre. No será para siempre cuando se unan tus hijos, para lavar tu frente.

- Inspirado por Alí Primera