sábado, 17 de octubre de 2015

La herencia en el desierto


Llega una generación humana a este mundo, está por un tiempo y se va. Algo recibimos de la generación previa y algo dejamos a quienes vienen detrás de nosotros. Esta es la vida.  Algunas personas dejan bienes materiales  a sus descendientes en cantidad variable . Sin embargo hemos visto cómo las herencias se evaporan, se esfuman como agua entre las manos. El recordatorio de quienes nos precedieron en el desierto dice así:  "La herencia se acaba pero el buen hacer queda”.


viernes, 16 de octubre de 2015

De escarabajos y gacelas en el desierto



Los seres humanos, en nuestra forma de mirar a la realidad y en la forma de comunicarla tendemos a maximizarla o a minimizarla por diversas razones. Una de ellas es el afecto, cariño,amor,odio,etc que nos pueden llevar a deformar la realidad. Por eso decimos que todo depende del cristal con el que se mira y nuestros ojos son esos cristales que pueden ser limpios y transparentes u opacos y distorsionados. Estas observaciones son familiares para nuestra gente del desierto y hay una frase que va de boca en boca y resume lo dicho plásticamente: ‘Todo escarabajo es una gacela para su madre’  y ,por igual, para el padre.



jueves, 15 de octubre de 2015

El nudo





Nuestros desiertos  compartimos un fondo milenario de experiencias convertidas en poética, literatura, dichos y proverbios de trasmisión oral. La temática es dilatada, generosa y toca los aspectos relevantes de la vida humana, las relaciones con la natura y las preguntas fundamentales que nos hacemos mientras estamos con vida en este desierto. Uno de esos temas es aprender, desde pequeños, el ser responsables de la vida que se nos ha prestado. Nuestros viejos ,hombres y mujeres, les recuerdan a las nuevas generaciones  figuras indelebles como la que dice:  ‘Quien con su mano el nudo hizo, con los dientes lo deshaga’ para que aprendamos a responder de nuestras acciones sin excusas, sin buscar culpables y sin transferir a nadie las consecuencias de nuestras acciones. Esta es la ética de la palabra, de la acción y de la vida .

miércoles, 14 de octubre de 2015

El enfado y la mar en calma




Solemos pensar en que el ambiente geográfico influye en nuestro ánimo: que si mucho calor, que si mucho frío, sequedad o humedad. Algo hay de razón en ello. El entorno social, las relaciones interpersonales y la idiosincrasia de cada cual tienen su importancia específica. Lo cierto es que en el campo, en la ciudad y en el desierto los seres humanos sentimos, nos alteramos y nos serenamos. Todos estos cambios en nuestro estado de ánimo se registran en anotaciones orales, en dichos y proverbios que van de generación en generación. Siendo como somos gente del desierto ,el enfado suele presentarse de vez en cuando y decimos : ‘El que se enfada que beba el agua del mar’ Esta sentencia alude que sólo algo más repelente que el mismo enfado nos puede ‘calmar’ . ¿Y qué es ‘calmar’? Como la palabra insinúa es alcanzar un cierto grado ‘mar en calma’  ó  ‘serenidad’.

martes, 13 de octubre de 2015

Nuestras bibliotecas del desierto



Imaginemos el día con día de nuestra vida en el desierto desde siglos  atrás. No luz eléctrica, no ferrocarril, no carreteras. Sólo caballos. Muchos caballos y las piernas para caminar. ¿Noticias? Sólo las que trae el viento diciendo que se acerca la humedad y más tarde un aguacero, que pronto llegará el calor, que no tardará en bajar el frío del norte hasta helar y nevar. Las otras noticias, las de los humanos y sus alegrías y tristezas son de hace un minuto cuando se inventaron los periódicos, las revistas, la radio y todo lo demás. Aún hoy en nuestros ranchos, en pleno siglo 21 cuando el sol se esconde la gente se reúne junto a la estufa  -sea de leña o gas- y comienza la ronda del último alimento, café, la tortilla de harina y se cierra el día con historia, historias del día, del campo,de los animales y de los forasteros,de los que van a llegar y de los que ya se fueron. Los viejos,nuestros viejos son el pilar de nuestra tierra. Aquí la cultura es conservada con lealtad en la memoria de nuestro pueblo.Nuestra bibliotecas son humanas. Cuando se nos muere un anciano, una anciana, se muere con él y con ella una biblioteca y por eso procuramos salvar en vida, con la memoria, las huellas de sus cuentos, la huella de sus dichos y proverbios, sus historias de otros tiempos -que como lampara de aceite, ilumine nuestro presente vacilante y nuestro incierto futuro.