Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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domingo, 18 de octubre de 2015
Lo que importa en el desierto
viernes, 14 de marzo de 2014
Claridades internas
![]() |
GPH |
La
guitarra es palo hueco,
y pa tocar
algo bueno,
el hombre
debe estar lleno
de
claridades internas.
¡Pa
sembrar coplas eternas
la vida es un buen terreno…!
Lo
específicamente humano es que estemos llenos de ¡claridades internas!. Este
mundo nos ofrece esa oportunidad.
domingo, 21 de noviembre de 2010
Algunos asombros
Las personas viajan para maravillarse ante la altura de las montañas, las enormes olas del mar,
los largos cursos de los ríos,
la inmensa vastedad del océano,
el movimiento circular de las estrellas;
y, sin embargo,
se contemplan a sí mismos
sin mostrar el menor asombro.
Este texto no es de un inventor de computadoras, no es de un psicólogo o físico cuántico, este texto es un mensaje de un hombre asombrado, que vivió en el desierto africano en el siglo V de la era cristiana llamado Agustín -originario de una ciudad llamada Hipona. Está vigente. Su vigencia me ha despertado algunas consideraciones:
¿Qué puede despertar el asombro de nosotros mismos?
Que somos una complejísima red de redes neuro bio química
Que pasan por nuestra mente unos 60,000 pensamientos en 24 horas
Que para ser tú o yo, en este instante, nos han precedido 80´ooo, ooo de combinaciones de parentesco.
Que una pequeña bomba impulsora del tamaño del puño del puño de la mano –llamada corazón- late 172.000 veces en 24 horas a razón de 2 latidos /por segundo; 120 latidos /por minuto;7,200 latidos en 1 hora y 172,000 latidos /en 24 horas por años y años
Que nuestro mundo interior es un océano de fluidos incesante en estado líquido y gaseoso como el mar de nuestra respiración invisible con una frecuencia de 15 a 20 inspiraciones ó 28,800 inspiraciones y expiraciones en 24 horas.
Que nuestro centro de mando –llamado cerebro- pesa poco más de un 1 kilo con 400 gramos y estamos formados por 100 mil millones de neuronas y la velocidad de trasmisión de las señales y órdenes viaja a 120 metros por segundo o a 430 km por hora .Si esas neuronas las pusiéramos en un montón tardaríamos 3,171 años para contarlas de una por a razón de 1/por segundo.
Que podemos asomarnos por igual al microcosmos y al macrocosmos y en ellos descubrir lo infinito.
Que podemos diseñar y rediseñar nuestro modo de ser y de estar en el mundo con nosotros y con los demás seres vivos.
Que tenemos peculiaridades como sonreír y reír, que podemos tomarnos en serio y bromear de nosotros, que podemos aprender de nuestras equivocaciones para mejor, que podemos cantar, silbar, bailar y además de todo lo anterior, sentimos eso que se llama amor para vivir con todos los seres,animados,inanimados y posibles…
los largos cursos de los ríos,
la inmensa vastedad del océano,
el movimiento circular de las estrellas;
y, sin embargo,
se contemplan a sí mismos
sin mostrar el menor asombro.
Este texto no es de un inventor de computadoras, no es de un psicólogo o físico cuántico, este texto es un mensaje de un hombre asombrado, que vivió en el desierto africano en el siglo V de la era cristiana llamado Agustín -originario de una ciudad llamada Hipona. Está vigente. Su vigencia me ha despertado algunas consideraciones:
¿Qué puede despertar el asombro de nosotros mismos?
Que somos una complejísima red de redes neuro bio química
Que pasan por nuestra mente unos 60,000 pensamientos en 24 horas
Que para ser tú o yo, en este instante, nos han precedido 80´ooo, ooo de combinaciones de parentesco.
Que una pequeña bomba impulsora del tamaño del puño del puño de la mano –llamada corazón- late 172.000 veces en 24 horas a razón de 2 latidos /por segundo; 120 latidos /por minuto;7,200 latidos en 1 hora y 172,000 latidos /en 24 horas por años y años
Que nuestro mundo interior es un océano de fluidos incesante en estado líquido y gaseoso como el mar de nuestra respiración invisible con una frecuencia de 15 a 20 inspiraciones ó 28,800 inspiraciones y expiraciones en 24 horas.
Que nuestro centro de mando –llamado cerebro- pesa poco más de un 1 kilo con 400 gramos y estamos formados por 100 mil millones de neuronas y la velocidad de trasmisión de las señales y órdenes viaja a 120 metros por segundo o a 430 km por hora .Si esas neuronas las pusiéramos en un montón tardaríamos 3,171 años para contarlas de una por a razón de 1/por segundo.
Que podemos asomarnos por igual al microcosmos y al macrocosmos y en ellos descubrir lo infinito.
Que podemos diseñar y rediseñar nuestro modo de ser y de estar en el mundo con nosotros y con los demás seres vivos.
Que tenemos peculiaridades como sonreír y reír, que podemos tomarnos en serio y bromear de nosotros, que podemos aprender de nuestras equivocaciones para mejor, que podemos cantar, silbar, bailar y además de todo lo anterior, sentimos eso que se llama amor para vivir con todos los seres,animados,inanimados y posibles…
viernes, 29 de octubre de 2010
Dormidos y despiertos
Pareciera ser que en el proceso de maduración humana, como se da en la naturaleza, en las frutas, nuestro ser se manifiesta contradictorio. Cuando somos niños nos fascina el descubrimiento del mundo exterior y esa fascinación se extiende a la adolescencia y a la juventud y casi llegamos a considerar que la exterioridad es toda la realidad y la realidad sólo está en la exterioridad. Pese a ello hay momentos en la vida ,particularmente las grandes emociones y sentimientos así como las pérdidas, enfermedades y otras vivencias que nos conducen calladamente al más grande de los descubrimientos que podemos hacer: introducirnos en el gran territorio de nuestra interioridad, en sus vastas llanuras, en su altas cimas en su profundas y abismales simas. Sabedor de todo esto Jung nos deslizó brevemente esta certeza: Quien ve hacia afuera sueña, quien ve hacia adentro despierta. Sumado a este pensar recuerdo que en la universidad descubrí que el uno de los pocos propósitos que tenemos en esta vida, sea larga o corta, es despertar. Son muchas las confluencias de hombres y mujeres sensibles y sabios que han pasado por este mundo. La ignorancia, vivir de espaldas, es pasar la vida dormidos ignorando quiénes somos realmente y para qué nos tocó llegar a este mundo temporalmente. Jung con Sócrates y ambos con Buda se dan la mano en esta tarea fundamental: despertar
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