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sábado, 12 de marzo de 2011

Valor monetario y valor afectivo

Un maestro inolvidable, en la escuela secundaria, nos contó de su único y largo viaje al oriente, cuando tuvo dieciséis años acompañando a su padre que fue geólogo y trabajaba para una compañía mundial de entonces. Antes de volver del viaje estuvo juntando guijarritos en la orilla de un río notables por la redondez y perfección. Los metió en una bolsa de tela y le preguntó a su padre cuánto costarían. Su padre vio los guijarritos y le dijo: Mira este pequeño diamante que tiene mi anillo de boda con tu madre. Nunca me lo he quitado y hasta tiene algunos defectos por el trabajo de tantos años, sin embargo, vale más que todos los guijarritos sin imperfecciones. Pero debo admitir que el valor afectivo que le tienes a tus guijarritos puede ser mayor que el de mi pequeño diamante.

lunes, 31 de enero de 2011

Antes y después

En la vida humana tenemos diferentes reinos como el de la teoría y la práctica del conocimiento o la diferencia entre el mundo real y el mundo ideal. Es común que los hijos sean duros jueces de sus padres pero esa actitud dura sólo hasta cuando ellos se convierten en padre de algunos niños y niñas. Sólo entonces son bienvenidos al reino que ya se veía olvidado. Para muestra tenemos la conclusión de un hombre quien dijo: Antes de casarme tuve seis teorías sobre como criar y educar a los hijos; ahora tengo seis hijos y no tengo ninguna teoría. He aquí la perplejidad en la que uno navega y la gran distancia entre lo que es la teoría de todo y la práctica.



lunes, 21 de junio de 2010

La tierra de uno

Desde que el ser humano apareció sobre este mundo ha vivido, sobrevivido, vagabundeado, ha sido trashumante, ha huido, ha sido desterrado, exiliado, ha migrado por ganas, por hambre, forzadamente, siempre de acá para allá, de sur a norte de oriente a poniente, del frio al calor. Nuestro desierto mexicano no es la excepción. Esta es tierra de migrantes, de gente de paso, desde el profundo sur al lejano norte.Quienes dejan su tierra de origen llevan en el alma nostalgias, canciones de sus pueblos, cuentos de su infancia, en pocas palabras la tierra de sí mismo, la tierra de sus padres. Una mujer que amó a su pueblo, escribió bajo el título de Serenata para la tierra de uno

Porque me duele si me quedo
pero me muero si me voy,
por todo y a pesar de todo, mi amor,
yo quiero vivir en vos.



 -Inspirado por Maria Elena Walsh