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martes, 16 de abril de 2013

Algún día








Una de las  horas mas angustiosas para cualquier padre y madre es perder a uno de sus hijos  momentáneamente  y en consecuencia el reencuentro ilumina de sentido y felicidad  a la vida.  De manera similar, sucede con nosotros mismos. Podemos ir por la vida tan vertidos hacia la exterioridad, extraviados e inmersos en una vida de autómatas hasta llegar a sentir que somos, para nosotros mismos, un territorio desconocido que nos genera un temor y temblor como decía Kierkegaard. Nuestro buen Pablo Neruda viajó mucho por el mundo hasta que un día se detuvo e hizo esta anotación que es un parte aguas en la vida humana: Algún día en cualquier parte , en cualquier lugar ,indefectiblemente te encontrarás a ti mismo y ésa, sólo esa, puede ser  la más feliz o la más amarga de tus horas.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Mojarse







Hay una variedad de frases que constituyen una oportunidad para que la lentitud de nuestro razonamiento despierte y el horizonte de nuestra consciencia se dilate en libertad. Así también ,mi querido José Sámago sacudió el árbol de mi imaginación cuando dijo: No se moja uno mas cayendo al mar océano que al rio de nuestra aldea. A no dudar pues que, esta frase pone el acento no en el dónde sucede algo sino en el ser de uno mismo.



sábado, 16 de abril de 2011

En la mano

El arte menor es aprender a dar,
El arte mayor es aprender a darse
Llegará el día en que el arte menor y
el arte mayor se hagan UNO.
Entonces podremos decir:
El aroma de la rosa
siempre se queda
en la mano de quien la da.

                                                                                                     



sábado, 19 de marzo de 2011

Ocho horas


Empleamos 8 horas en trabajar, 8 horas en dormir y 8 horas en actividades diversas y así se pasan los días de nuestra vida. En esas 8 horas que nos quedan unas personas son cuidadosas de su empleo y otras las malgastan. Los seres humanos invertimos minutos preciosos en la tarea de ser como los demás, de parecernos e imitar a los demás, dejando de lado la valiosísima tarea de ser uno mismo. Si nos queda la duda, observemos cómo se nos va el tiempo en hablar, vestirnos, comer, beber, pasear y pensar…como lo hacen los demás sin preguntarnos qué es bueno para nosotros realmente.