Cuando estamos en silencio
ante la vastedad del desierto surge la pregunta fundamental ¿a quién pertenezco,
quién soy? Una respuesta breve, de raíz dice: soy de la tierra ,la tierra es mi patria miro al horizonte y aspiro al
cielo fraterno. Entonces, sólo
entonces, se abre en el alma humana nuestra verdadera identidad. Las luchas a muerte,
desde los tiempos primigenios, se han dado para defender identidades parciales y limitadas en el
espacio -las propiedades- y en el
tiempo -pues todos los señoríos humanos
pasan, los imperios se disuelven y el poderoso de hoy mañana es polvo en la
historia. Nadie es intrínsecamente lo que dice
ser ,por ejemplo en el tema de las
nacionalidades, los apellidos y linajes y el grupo étnico y sus aspiraciones de
superioridad. Todas esas características son frutos de mil y una circunstancias
y por otras mil y una circunstancias desaparecen y desaparecerán. De ahí
podemos concluir lo absurdo de las
guerras fratricidas en nombre de la ideología política, grupo étnico, nacionalidad,
religión o ¡equipo de futbol! Este tema
me conecta con aquella observación de Rainer María Rilke sobre nuestro
vagabundeo, nuestro sobrevuelo rasante sin profundizar, nuestro devaneo
intelectual sin ir a las raíces y nuestro cariño por el divertimento como
actitud ante la vida, negando que hay cuestiones fundamentales:¿Es posible, que no se haya aún visto, reconocido, ni dicho nada verdadero
e importante? ¿Es posible que haya habido milenios para observar, reflexionar y
escribir, y que se hayan dejado transcurrir esos milenios como un recreo
escolar, durante el cual se come una rebanada de pan y una manzana?
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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jueves, 30 de enero de 2014
lunes, 13 de enero de 2014
A ciegas
Las cebras se parecen a la escritura poética por aquello de la pregunta de un niño: ¿ Dime cebra, tu eres un caballo pintado con rayas o unas rayas que ocultan al caballo? La cebra quedó perpleja con la pregunta y la duda sobre su identidad,pues el niño le dijo ¡Caballo!. Algo así sucede con la tinta,el papel,la pluma y la inspiración que se combinan y se confabulan para dar a luz a la poesía. Esa perplejidad la vive mi querido José Emilio cuando anota en su libreta: No tu mano: la tinta escribe a ciegas estas pocas palabras. Escribir es para mí una suerte de navegación en el mar entintado, pidiéndole que nos lleve a buen puerto.
-J.E.Pacheco. 9.Arte Poetica. Te irás y no volverás.
lunes, 21 de marzo de 2011
La señal en la frente
¿Qué la frente? Es la proa de nuestro barco, es la defensa ante los golpes, es la tibia sábana donde nos besan, es la hoja en blanco donde los besos se vuelven palabras. Es nuestro escudo y es la tarjeta de presentación. No es lo mismo tener dos dedos de frente que tener una frente que se confunde con la espalda. La frente es mensaje para el mundo. Unas veces habla del estigma que carga la mujer, otras veces es la señal de pertenencia jurada al desierto y a México como aquella mujer en Ciudad Juárez quien dijo: ¿no ven? soy mexicana traigo el nopal en la frente. Otros traen la huella de la ceniza en la frente y refrendan su creencia en la fugacidad de toda vida que se vuelve polvo. En otro desierto lejano, muy lejano hay hombres que pasan horas en las mezquitas y traen la huella de la alfombra en la frente. Por último, cuando es necesario los humanos decimos: me encontré con fulano frente a frente que, según la entonación y el contexto, puede significar muchas cosas venturosas y desventuradas.
lunes, 16 de agosto de 2010
Inevitablemente
Sorprendente es la infancia de todo ser humano pero al olvidarse de ella prontamente se pierde una magnífica oportunidad para descubrir a la gran fuente de inspiración para vivir. Hubo un niño pequeño, amante de los libros quien le preguntó a su padre: ¿Por qué nos apellidamos Borges? El padre le contestó: Ese apellido lo heredamos. Ese niño convertido en hombre, más amante de los libros que antes, dijo un día –a propósito del apellido- : "Cada mañana me levanto y siento que inevitablemente llevo el apellido de Borges" encima. Hay una sutil intuición que les dice a los niños que ellos son algo más, mucho más que el apellido que han recibido. Saben que son seres humanos. Pero el apellido, con su fortuna o infortunio de imagen que acarrea -desde generaciones atrás- condiciona a los niños en su manera de ser y estar en el mundo. Esos niños, llegados a adultos, pueden resolver el asunto de su apellido y trascender su significado y otros naufragan en el intento.
- Fotografía: Jorge Luis y su hermana Norah
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