Cuando pasa un pájaro cruzando el aire, pasa el pájaro,
miramos, y no vemos ningún cambio, pero el estado del aire no es el mismo que
era antes …así decía José Luis Sampedro para invitarnos a
considerar que todos los seres humanos dejamos huellas, es inevitable. Que
nuestras huellas sean pequeñas o grandes, superficiales o profundas es cosa de
verse pero siempre las dejamos. Así pues, para la transformación de este mundo
que parece que sólo es un mercado -donde lo que importa es producir mucho para
consumir mucho- hemos de dejar huellas
en otra dirección, como aprender el arte de convivir pacíficamente los
seres humanos.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
lunes, 15 de abril de 2013
sábado, 13 de abril de 2013
Minero
Cada cual en algún momento de la vida anhela y busca ser lo que quiere ser
y ser lo mejor que pueda ser. Algunos lo intentan en el camino de las ciencias,
las artes, la filosofía, la política. A veces suele suceder que el oficio o
profesión elegida es una buena metáfora de lo que uno pretende en la vida.
Viene a mi memoria la figura formidable de José Luis Sampedro quien siendo
economista además fue hombre de letras y amigo de los jóvenes indignados ante
una vida sin futuro que se vive en España y en buena parte de Europa en estos
días. Cercano a su partida de este mundo dijo: Uno es minero de sí mismo y, tras haber bajado a las profundidades, he
encontrado lo mejor de mi mismo. Como suele suceder, todos tenemos en
nuestro árbol de ancestros a mineros y navegantes, pescadores y orfebres. Gran
metáfora de buscar en el silencio, en la oscuridad de la mina, esa veta del
metal precioso que compensa todos nuestros esfuerzos y que puede llevarnos toda
una vida de intentos vividos paso a paso, con persistencia e insistencia.
El deber de vivir…
Desde la segunda mitad del siglo veinte y particularmente
desde la fundación de las Naciones Unidas en 1945 -como consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial- se ha entronizado en la
conciencia humana el concepto y la exigencia de cumplir y respetar los Derechos
Humanos. A partir de entonces hay una pléyade de derechos derivados que tienen
su día anual de conmemoración: los derechos de las mujeres, los derechos de los
niños, los derechos de la tercera edad y de los trabajadores y de las mujeres
trabajadores en el servicio doméstico. La lista es larga, valiosa y justificada
pero también está la contraparte. Se habla muy poco de los deberes que tenemos
como seres humanos, ciudadanos, profesionales etc. Estamos dispuestos para el
reclamo y la queja pero no para ser congruentes y dar cuenta. Carecemos de
autocrítica y de apertura para la transparencia y para que se nos señalen
nuestros errores. Si alguien vivió el siglo veinte y parte de nuestro joven
siglo veintiuno fue José Luis Sampedro (96) y dijo de la vida acertadamente: Se habla mucho del derecho a la vida, pero
no de lo importante que es el deber de vivirla. Vivir la vida paso a paso,
sorbo a sorbo, a ratos golpe a golpe, manteniendo siempre vivo el rumbo y el norte de nuestra existencia. Sí, hay un
deber de vivir la vida y vivirla bien.
jueves, 11 de abril de 2013
Volver a empezar...
El buen José Luis Sampedro con sus 96
años navegados ha llegado al Maren este mundo trabajó como economista, literato
y tuvo una silla en la real Academia de nuestra lengua española. Le recuerdo
con gratitud y le agradezco su recordatorio primaveral: Deberíamos vivir tantas veces como los
árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar. Los árboles me hablan, me dicen un no al desaliento, un sí a la nueva vida,
un abrir los ojos, respirar hondo, amar fuerte, esperar contra toda
desesperanza.
miércoles, 10 de abril de 2013
El aroma de la sal...
Cada cual sabe del tiempo, intuye el
tiempo, intuye su tiempo. Esto sucede
,particularmente, cuando nos queda poco tiempo en esta vida. Así lo dijo en
buen José Luis Sampedro quien acaba de partir después de una vida dedicada al
estudio del papel que la economía juega para ayudar a que los seres humanos
puedan vivir humanamente en este mundo: Como los ríos que están cerca de llegar al
mar ya huelo el aroma de la sal. Suele suceder que cuando intuimos la cercanía
de lo que es importante en la vida –como la inevitable partida- podemos disponernos con una serena y pacífica actitud.
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