sábado, 9 de noviembre de 2013

Ajustar




Nuestro desierto  amado tiene su carácter y es de extremos: viento, frío, calor, nieve, sequía, todo entero y nada a medias. En respuesta a este entorno se forman los hombres y las mujeres de estas tierras. Gente del campo, rancheros, vaqueros, ganaderos, mineros y albañiles, “traileros” y carteros, todos saben que el secreto para vivir en esta parte del mundo es tener un buen talante, una actitud decidida y práctica. El cartero que me visita a menudo me regaló una pequeña hoja con este texto que resume la vida de nuestra gente: El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas [1].




[1] William Ward.

Saber e ignorar




Samalayuca,Chihuahua
Estas tierras nuestras llenas de silencio,
son pobres de abundancia en verde
pero ricas en sabiduría.
Parafraseando a Newton me atrevo a decir: Lo que sabemos es un granito de arena; lo que ignoramos es el... desierto.



jueves, 7 de noviembre de 2013

Rompehielos





El ejercicio de la autoridad, la necesidad de disciplina y hasta la aplicación de las sanciones de cualquier tipo no están peleadas con el buen humor. Una buena amiga me contó que se pasó un semáforo en luz roja y a lo pocos metros fue alcanzada por un policía quien se bajó de su motocicleta ,como quien llega a un día de campo, y le sonrío a la mujer. Ella tuvo la fantasía de que tal vez le perdonaría la falta. Pero no fue así. Con una sonrisa discreta  le dijo: “Si paga antes de 48 horas se le hará un descuento de 50 por ciento”. Y con la misma sonrisa le extendió la infracción y añadió un sonriente: “Que tenga una buena tarde”. Terminada la historia vino a mi mente una frase que escuché en una obra de teatro de Alejandro Casona  -en mis tiempos escolares: No hay ninguna cosa seria que no pueda decirse con una sonrisa. Me queda claro que la sonrisa es el más poderoso rompehielos.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

Zurdos





La vida en nuestro desierto siempre ha requerido de sus habitantes el dedicarse con entusiasmo a la solución de los problemas prácticos para la sobrevivencia. Sea en el campo, la minería, la ganadería y la construcción del techo para cobijarse hombres y mujeres son interrogados todos los días por la vida para resolver las dificultades cotidianas  para sortear. El clima, en extremo frío y cálido, acentúa la urgencia de las soluciones antes de que se presenten los días más difíciles. Este desierto requiere de manos hábiles y cuando no se tienen se suele escuchar esta viva expresión : Algunos hay que parecen zurdos de las dos manos[1].   




[1] Frase atribuida al gran Alejandro Casona.