Mostrando entradas con la etiqueta Amargura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Amargura. Mostrar todas las entradas

sábado, 8 de junio de 2013

Milagro







En un pueblo olvidado y en una familia olvidada nació un niño con un ojo tuerto y como así de natural se vivió, nunca le llamó la atención. Pero llegó el día de asistir a la escuela y despertó a la vivencia amarga de ser objeto de la burla de sus compañeros con el clásico uno, dos, tres, tuerto es. La madre le pidió un milagro a la Virgen de San Juan de los Lagos para que  las gente fuera piadosa con su niño y se compusiera. Estando en el atrio del santuario a punto de partir de vuelta a su casa,  sucedió que una chispa de un fuego artificial impacto en el ojo sano del niño dejándolo ciego. El niño y la madre agradecieron a la Virgen  el milagro pues en este mundo ser tuerto es una amargura sin fin sujeto a burlas mientras que ser ciego atrae la ayuda de los demás, su comprensión y respeto.[1]








[1] Inspirado por el célebre cuento Parábola del joven tuerto  (El Diosero) del antropólogo mexicano Francisco Rojas González, cuentista, Premio Nacional de literatura 1944; 1904-1951.

martes, 3 de mayo de 2011

Amargura y dulzura


Este tiempo nuestro está casado con la velocidad y divorciado de la paciencia. Este término ha experimentado mutaciones en su significado a lo largo de la historia de los pueblos.  Unas veces la Paciencia, es sinónimo de serenidad, quietud y también se le emplea como sucedáneo de la  actitud para la espera y  la esperanza. Algunas personas y civilizaciones en nuestro planeta, han sido identificadas con la Paciencia –por la dedicación al trabajo manual, artesanal y técnico  bien hecho. Además, la Paciencia está unida  con la actitud que promueve a la paz social y a la convivencia entre los seres humanos-  Entre las primeras observaciones que el desierto me ha permitido hacer destaca la Paciencia como la actitud firme, perseverante para hacer bien  lo que se tiene hacer aunque lleve largas jornadas de trabajo. La frustración, el enojo, la rabia, son contrarias a la Paciencia y los viejos pueblos así lo comprendieron como fue el caso de los antiguos persas que dejaron escrito: La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.