Mostrando entradas con la etiqueta Ranchos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ranchos. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de mayo de 2014

Gobernar y criar

Un viejo amigo ranchero de nuestro desierto me contó que, en su pueblo, hubo un par de familias de origen chino, allá en los tiempos de la revolución. Alguna vez le preguntaron al más viejo de esas dos familias  cuál era el proverbio más valioso que había aprendido en China y él  dijo:  Gobierna tu rancho y sabrás cuánto cuesta la leña y el arroz; cria a tus hijos, y sabrás cuánto les debes a tus padres. Tener ese conocimiento es de personas sabias y agradecidas, como se suele decir en lenguaje llano y simple. 

viernes, 25 de enero de 2013

Café y humo



La gente en nuestro desierto, lo sabemos bien, es sobria como el paisaje, llana y sentenciosa -fruto de observar largamente, meditar largamente, vivir calladamente. Nos preguntaremos ¿a qué se deben esos rasgos?. En buena medida es una respuesta a las grandes distancias y silencios del paisaje. Desde hace siglos, los primeros pobladores tenían sus casas retiradas o sólo en pequeñísimos poblados. Así lo requería una vida agrícola y ganadera organizada en torno a los  ranchos. Cada ser  humano tenía a su disposición largas horas para las caminatas, la crianza de los animales, las siembras y todo cesaba al caer el sol. Se encendía el fogón de la casa o la fogata al aire libre y pasaba de mano en mano el café, el tabaco y el tiempo callado. De ahí  se resume todo en una frase sabia: Nada es eterno. El café se enfría, el humo se disipa, el tiempo pasa y la gente cambia.[1]






[1] - Inspirado por Frases Sabias de un amigo tuitero.