Un rasgo presente en las diversas culturas es el encuentro humano -que se da de cuando en cuando o de manera fija y programada- El siguiente rasgo es que casi toda conversación entre humanos se da a través de una mediación como puede ser algo de comer y algo de beber. Desde hace un tiempo breve - relativamente hablando - el café se ha entronizado como uno de los vehículos predilectos para encontrarnos, conversar, negociar, escribir, etc. Hay un texto anónimo que ilumina lo dicho:"...te espero en un café y si vienes trae contigo tu vida entera, es que hay tanto por contar..."
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
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viernes, 10 de julio de 2015
viernes, 2 de enero de 2015
Beber el té
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Juego de Té,saharaui |
En nuestro hermano desierto africano vive el valiente pueblo saharaui que se distingue porque hablan castellano y viven la religiosidad islámica,son nómadas trashumantes y entre sus costumbres está el beber el té. La tetera y los vasitos es una prenda amada que se trasmite de padres a hijos y se cuenta entre el ajuar inseparable. La hospitalidad con los forasteros les distingue y beber el té caliente está en el centro de su vida diaria. Hay tres rondas para beber el té y honrar a tres características de la vida humana, siendo el primer vasito para suavizar las amarguras de la vida, el segundo es dulce como el amor y el tercero suave como la muerte. Me he preguntado cómo bebo el té, el café cotidiano ¿cuán consciente estoy de las manos que lo sembraron y cuidaron hasta llegar a mi mesa? ¿qué mensajes velados puedo descubrir entre sorbo y sorbo? Brindar cada sorbo, por algo valioso o amado, es algo más que el simple beber.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
Pastillas del paraíso
Llegó mi
buen amigo Roberto con su puntualidad característica
y pedimos dos tazas de humeante espreso.
Además pedimos dos vasos de agua sin hielo. Antes de iniciar nuestro esperado
ritual extrajo del bolsillo de su saco una cajita de plástico transparente con
siete compartimientos para las pastillas
de la semana. Sin mediar pregunta de mi parte el se burló de su accesorio y me
dijo: “Aquí traigo mi farmacia ambulante. Para dormir, para proteger la mucosa
estomacal e intestinal, para la presión alta, para la depre, sí, ¡la depre!”
Me sonreí y
le dije: ¡Salud! - “El café es mejor medicina que toda esta porquería”,
continuó. Por último aventuré una pregunta: ¿Si tus pastillas hablaran con
nosotros ,qué nos dirían? Se acarició el
bigote y me soltó estas cuentas ensartadas: “Somos la promesa del paraíso
químico. Somos calladas, suaves, no hacemos más que navegar con un vaso de agua
y llegamos a donde hacemos nuestro trabajo. Somos útiles para el insomnio, para
el dolor, para después del pleito conyugal y el enojo en la oficina. Calmamos
los nervios en los velorios , en la
estación de policía. Nos acarician para suavizar la mala noticia, curar el
desamor, y el miedo al temblor. Si eres aventurero te tranquilizamos si
eres una plasta en la cama y en el
sillón te activamos. Nosotras te llevamos a un reino donde no hay Dios pero tampoco hay Infierno. Es un paraíso con nubes en donde sueñas por igual que estas vivo
estando muerto o que esas muerto pero estás vivo….el paraíso químico” Volvimos al plano de la pequeña mesa, su café
ya estaba frío. Le hice un guiño y nuestro mesero nos trajo otros dos espresos humeantes para beberlos sin pausa pero sin
prisa - como amerita ese grano de oro cosechado
en nuestros amados cafetales mexicanos.
jueves, 8 de mayo de 2014
Conversen
Lo que voy a compartir sería incomprensible hace treinta años, pues no contábamos con la red -internet- y mucho menos con el servicio conexión inalámbrica -wi-fi-. Nuestro mundo ha cambiado y nosotros con él. El café de la esquina, por ejemplo, fue un lugar de lectura reposada del periódico, los suplementos y revistas culturales. El café, lugar de encuentro entre amigos para tomar el espresso y compartir sus inquietudes sobre la vida cotidiana, el acontecer nacional y mundial. Algunos acudían al cafe para escribir y de ahí han salido capítulos, cartas, ensayos, poesía, historia, novelas, guiones de radio y conferencias. Hoy, sin embargo, el café ha entrado en la corriente de ofrecer el servicio inalámbrico y algunos clientes lo exigen. Pero, como todo suele tener su excepción, encontré un cafecito en Córdoba que tenía un letrero similar que decía: No tenemos wi-fi, conversen entre ustedes. Le agradezco a la vida que nos dio el grano del café, las manos que lo sembraron cosecharon, tostaron, molieron y a quienes nos lo ponen humeante en la mesa en una blanca y pequeña taza de cerámica o porcelana.Y agradezco que todo ello sirva para encontrarnos con nosotros mismos y con quienes apreciamos, queremos y amamos...sin necesidad de contar siempre con la conexión a internet que -sin dejar de ser útil- no tiene que estar metida hasta en nuestra taza de cafe.
lunes, 15 de abril de 2013
Cafeteros
Como se suele decir en nuestros días hay
seguidores, aplaudidores, admiradores o fanáticos
-abreviado fans- de casi todo.
Pues yo lo soy del espresso -café breve ,concentrado.También soy entusiasta
para beberlo en el amable ambiente de una cafetería. Pero más allá de ese
regalo que me doy de vez en cuando, he descubierto que la atmósfera de los café
contiene algo valioso. ¿Quiénes van a
los café? Hombres y mujeres generalmente de mediados de la vida en adelante. Si
observamos sin prisa, notaremos cordialidad en esos grupos degustadores. La gente en los café
se ve , se oye y se siente distendida, sonriente o pensativa pero con ese halo
de disfrute. No se va al café para sufrir. En esos lugares suelo recordar una
frase de Octavio Paz : El amor nace de un flechazo; la amistad del intercambio frecuente y
prolongado. El café es el lugar de los regalos, ahí
florece la amistad y algún flechazo invisible para los ojos, pero certero para
llegar a su destino.
viernes, 25 de enero de 2013
Café y humo
La gente en nuestro desierto, lo sabemos bien, es sobria como el paisaje,
llana y sentenciosa -fruto de observar largamente, meditar largamente, vivir
calladamente. Nos preguntaremos ¿a qué se deben esos rasgos?. En buena
medida es una respuesta a las grandes distancias y silencios del paisaje. Desde
hace siglos, los primeros pobladores tenían sus casas retiradas o sólo en
pequeñísimos poblados. Así lo requería una vida agrícola y ganadera organizada
en torno a los ranchos. Cada ser humano tenía a
su disposición largas horas para las caminatas, la crianza de los animales, las
siembras y todo cesaba al caer el sol. Se encendía el fogón de la casa o la
fogata al aire libre y pasaba de mano en mano el café, el tabaco y el tiempo
callado. De ahí se resume todo en una frase sabia: Nada es eterno. El
café se enfría, el humo se disipa, el tiempo pasa y la gente cambia.[1]
sábado, 5 de enero de 2013
La séptima cuadra
Es
verano.Por la tarde. El sol ha descendido y sopla una brisa fresca, suave.Entre
el jacarandá y los grandes y brillantes ficus que crecen a izquierda y derecha
de mi camino escucho, de pronto, una voz amable que me pregunta: ¿Es la séptima
cuadra? Volteo y está a unos pasos un hombre ciego con su bastón y un rostro sonriente.
Veo a la primera casa y le respondo: No, señor, estamos aún en el 620. Me
respondió el hombre: Muchas gracias, ya falta poquito: Así es, le dije, y su
cara sonriente quedó impresa en mi memoria. Esta escena no tiene nada de extraordinaria excepto por
la capacidad que tuvo de remitirme a la Parábola del joven tuerto de Francisco
Rojas González. Un joven tuerto padeció
de las burlas de sus compañeros escolares. Pero un día en la fiesta de su
pueblo recibió el impacto de uno de los cohetes .El joven tuerto se convirtió en
ciego. Pasado el tiempo y conversando el joven con su madre surgió un
comentario: Mamá, cuando era tuerto los muchachos se burlaban de mí, ahora que
soy ciego todos me ayudan a cruzar la calle. He conectado ambas escenas y
descubro con cuanta abundancia recurrimos a dulcificar las realidades pues en
nuestra lengua hay nombres para casi todo y así el que no ve es ciego y a quien
le falta un brazo es manco. Por otro lado nuestra cultura tiende a burlarse de
la limitación del tuerto pero es compasiva con el ciego. Como el buen café,
estas realidades me ayudan a comprender la vida humana del primer al último sorbo.
viernes, 1 de julio de 2011
Por dentro
Confesión en servilleta. El Café de mi taza de cada día estaba lleno. Esperé un momento hasta que se desocupó una diminuta mesa rinconera. Frío afuera, calorcito adentro. Esa mesa y ese café me supieron a buen puerto, al mejor puerto del mundo. Para mi sorpresa tuve ante mí una servilleta que minutos antes había escrito, seguramente, la muchachita que pasó leyendo en esta silla y en esta mesa.: Que pena es estar fingiendo que solo es amistad cuando yo siento por dentro que te quiero de verdad... –firmado- Nina. A la tal Nina nunca la conocí, pero la huella de su mano ha quedado desde entonces en uno de mis libros más queridos.
viernes, 4 de junio de 2010
En las alturas, a sorbos
Me gusta volar. Me gustan los aviones por las sorpresas que me dan. . ¿Dónde están las sorpresas? En los periódicos y revistas que suelen proveer a los pasajeros. No son los periódicos ni las revistas que suelo leer ni suelo comprar .Son las revistas de los aviones. Las confeccionan pensando en que uno no tiene, por el cansancio entre otras circunstancias, el tiempo para leer largos y sesudos artículos o ensayos sino pequeñas viñetas literarias que nos ayuden a navegar allá en los mares del cielo y en los mares de la tierra. Hace poco apunté en mi inseparable libreta de notas, mientras daba el primer sorbo de un café que me ofrecieron en vuelo, las siguientes líneas de una mujer inspirada:
de tu boca bebo a sorbitos
agua del cielo
- Inspirado por Susana Arbelo, cantautora española.
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