jueves, 13 de diciembre de 2012

La noticia que no llega





Desde el despertar a esta vida escuché en el hogar de mis padres que el pan de cada día se cosechaba después del trabajo de sembrar la tierra cuidarla y trillar los campos. Pasaron los años y un día me di cuenta que muchos seres humanos queremos el camino corto para llegar a tener abundancia material ,es decir, dinero en la bolsa. Ahí esta ,ante nuestros ojos la galería de los juegos de la lotería, los boletos de tómbolas y las infinitas apuestas a los cavilosa los partidos deportivos y todos los juegos de azar. Además gastamos en preguntarles a los adivinos y a los videntes, a los lectores y lectoras de las cartas sean egipcias, españolas o el tarot. La misma pregunta:¿me llegará dinero del cielo? Las respuestas siempre son alentadoras para los clientes ,para que la esperanza no se apague y el negocio continúe. Pero una muchachita de gruesos lentes y trenzas le preguntó a su profesor enfrente de todos sus compañeros:¿Por qué nunca vemos esta noticia en un periódico: "Adivino gana la lotería"?. La respuesta fue un silencio y una sonrisa.






Ignorar


Hay historias sobre cómo será el fin del mundo entendiendo que la historia se cuenta sobre lo pasado y no sobre lo futuro. Pero también tenemos historias sobre el origen del mundo que señalan al nacimiento del cosmos, de las galaxias y recientemente cómo nació nuestro pequeño planeta. Pues bien, pasaron años, muchos años antes de que este planeta nuestro albergara a las diferentes formas de vida entre las cuales está la llamada vida humana caracterizada por la autoconsciencia, la libertad la responsabilidad y la habilidad para diseñar el propio camino de la vida. Desde esos tempranos tiempos los seres humanos nacimos con nuestras peculiaridades que no compartimos con ningún otro ser vivo como plantas, reptiles, peces etc. Una de estas peculiaridades la registró una pequeña niña en su diario mientras vivió los últimos días de su corta vida y dijo lo siguiente: Desde que la vida empezó, la regla se estableció: ¡Nuestras faltas ignoramos, las del prójimo aumentamos [1]



[1] Ana Frank

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sonreír






Nuestra vida  es tal gracias a la memoria. La memoria por igual nos trae fámulas, fechas, direcciones, números de teléfono y fechas de nacimiento ,pero también vivencias gratuitas, hermosas o dolorosas. En ese vasto reino de los recuerdos del corazón hay instantes que al ser recordados por nosotros   -o como suele decirse, al ser pasados dos veces por el corazón-   nos dilatan la sonrisa ,respiramos ampliamente, vuela la imaginación y se posa en algún momento único. Quizá por ello hay una frase que alguna vez leí y anoté e en mi libreta de viaje y decía así: Nunca te arrepientas de nada que te haya hecho sonreír. Si pese al tiempo hay instantes que nos despiertan una sonrisa interior es por una suerte de acuerdo interior sobre algo que nos permitimos vivir y así se conserva intacto en la memoria del corazón. Cada cual tiene su lista de sonrisas y hoy la celebro.


martes, 11 de diciembre de 2012

Dudas y certezas


                                                           



La historia humana es aventura de conocimientos, descubrimientos, búsqueda de verdades y hallazgo de escasas certezas. Las certezas fueron tema de los hombres y mujeres que nos dejaron las más exquisitas muestras de su creación literaria y poética. Un amigo querido me envió una pequeña nota que tengo entre mis manos .Afuera el frío y el viento de este otoño invierno camina con pasos seguros y nos invita para hacer el largo camino de los fríos en el desierto. La pequeña nota se la debemos a W. Shakespeare: Duda que sean fuego las estrellas, duda que el Sol se mueva, duda que la verdad sea mentira, pero no dudes jamás de que te amo




lunes, 10 de diciembre de 2012

Dos palabras







Los sonidos forman palabras y las palabras corren con diversa suerte desde que nacieron. Unas son brillantes y sonoras, otras graves y misteriosas, algunas se llaman vulgares, otras son insulto y algunas se consideran malditas.  En ese bosque  frondoso de las palabras hay una consideración que tuvo mi querido José Saramago con dos palabras cuando digo: Hay dos palabras que no se pueden usar: una es Nunca y la otra es, Siempre.  Sin aspaviento ni solemnidad  me ha devuelto el regalo de saber postura ante la vida y sus circunstancias. Mucho se ha perdido en esta vida o se ha dejado de intentar o de hacer, por decir Nunca o Siempre.