sábado, 23 de agosto de 2014

La casa conversadora




Cada parte de nuestra casa, sea techo,piso,paredes,puertas,ventanas es la metáfora de nosotros mismos. Las ventanas son nuestros ojos y la puerta nuestra boca, el techo nuestra cabeza y nuestra mente y el piso nuestros pies, mientras la cocina y su fogón ese el corazón palpitante del hogar. Sea “maistro de obra” “maistro albañil” o un ingeniero o arquitecto de academia, la petición   que reciben  con gestos y con palabras es : que la casa sea tan acogedora que me sienta bien en ella como dentro de mi piel. Sabedor de ésta característica del hogar humano Nazario Chacón Pineda –querido poeta oaxaqueño de Juchitán- anoto este bello recordatorio:  No quiero que me duelan las paredes de mi casa…constrúyela para que converse conmigo y ponle mil ventanas que den al paraíso. Esta es un invitación, petición y reto para todo maestro constructor. La casa  no es el paraíso pero, por sus ventanas, se le vislumbra.La casa y el paraíso son vecinos.


viernes, 22 de agosto de 2014

Casa, sueños, ensueños




L Barragán, Glez Luna/ GPH
Alguna vez le escuché a Mónica Mansour citar a Gastón Bachelard  -quien tuvo la gran sensibilidad para  armonizar a la literatura con la arquitectura, la psicología y las artes-  Hay casas que son sólo casas, otras casas reflejan el hogar que arde adentro, algunas casas son un poema  -por su trazo, colorido y armonía-   ¿Qué es  la casa?  “… la casa es uno de los mayores poderes de integración para los pensamientos, los recuerdos y los sueños del hombre. En esa integración, el principio unificador es el ensueño. Cuando planeamos nuestra casa-hogar se unifican todos nuestros pensamientos, se despierta la imaginación dormida y hacemos viajes para recuperar las imágenes amadas de nuestro hogar familiar originario –sea el paterno, el mundo de los abuelos  u otros seres amados-  Con la posmodernidad hay una tendencia  -a veces-  para  crear una casa de la nada y sin raíces, al tiempo veremos qué significa ese intento de  vanguardia.

jueves, 21 de agosto de 2014

Casa interior



GPH
En el paisaje urbano es común que veamos anuncios como se vende esta casa, se renta esta casa.  El asunto es la casa.  Algunas personas puede tener más de una casa. Para otras, la casa es un negocio y ponen en contacto a compradores y vendedores. Otras personas se dedican a construirlas y en las guerras hay quien goza bombardeándolas. Volvamos a la casa. Es el sueño de millones de seres humanos. La meta de sus esfuerzos. La fantasía de sus ensueños: la casa propia. Yo no he sido la excepción. Cumplido mi deseo descubrí que tenía frente a mí, una invitación mayor y para toda la vida: construir la casa interior. Es la dimensión invisible donde me encuentro. Con otros términos ,todos somos constructores de nuestra pequeña casa dentro de la casa y en ella nos aguarda la serenidad,silencio,sencillez –la trilogía  “s” de mi vida.


miércoles, 20 de agosto de 2014

Relojes y espejos




Los niños suelen ser curiosos, se asombran, se sorprenden. Algunos de ellos lo son en grado superlativo si han contado con la dicha de un ambiente familiar estimulante y que les aliente sus descubrimientos, a largo plazo. Me encontré con uno de esos niños y en medio de la conversación se me ocurrió preguntarle qué objetos de su casa  le gustaban. Se quedó pensativo ,brevemente, para definir su elección y me dijo:  Me  gustan los relojes con péndulo
 y los espejos. –Y …¿a qué se debe tu preferencia? Mira, me dijo, ellos trabajan
 afanosos -aunque nadie los escuche y nadie los mire. Escribir, investigar, caminar al amanecer, soñar, son algunas acciones nuestras de cada día que, como el péndulo y el espejo no necesitan de que alguien nos vean o nos escuche y las hacemos por el placer mismo de nuestra elección.


-Inspirado por un poema de W. Szymborska

martes, 19 de agosto de 2014

Tú y las nubes




Tú y las nubes me traen muy loco 
tú y las nubes me van a matar, fue un estribillo que yo repetía sin cesar en mi niñez  -ignorando el resto de la canción, el autor. Sólo tenía la remota idea de      que era una canción mexicana. Pasaron muchos años y un día, en estas tierras, se me presentó la mismísima imagen de José Alfredo quien cantaba desconsolado mi estribillo de niño. Tú y las nubes me traen muy loco 
tú y las nubes me van a matar… Hoy vuelvo al estribillo que me deja una similitud entre las cambiantes nubes y el cambiante estado de ánimo de la amada.  ¡Las nubes!  Ligeras, sin rumbo fijo, volubles, antojadizas y de una liviandad que hasta las palabras parecen piedras pesadas comparadas con su ser sutil, translúcido –descomunales, nos imponen, son nada más vapor en suspensión. Aquí en la tierra nos volvemos locos y tememos morir de amor y de otras cosas pero las nubes  no sufren, llegan, están y se van y la muerte no es tema que les preocupe   -pues en los segundos que me lleva el tararear  ya son otras y me hacen un guiño de ojo.