viernes, 13 de noviembre de 2015

Visto en el desierto




Atacama, Mario Ruiz  -Corbis
¿Cuándo has visto a hipopótamo volar? Una frase de mi infancia para señalar lo imposible. Me arrancaba una sonrisa inevitable. Pasaron los años y escuché otra  frase aparentemente imposible:  ¡Sí, cuando el desietrto florezca! Un reto, un imposible.  Pueden pasar 20, 40,70 años de sequía  y los cielos se abren  súbitamente y dejan una huella en la memoria de generaciones. El desierto ha florecido. Un gozo, una alegría  indescriptible que nos hermana sin importar que la noticia nos llegue de cualquier desierto hermano de nuestro planeta como el sonorense, chihuahuense, peruano y chileno, los desiertos africanos, asiáticos, del medio oriente  y australiano. ¡Sí, cuando el desierto florezca!


jueves, 12 de noviembre de 2015

Construir en el desierto




Sahuaro
Los seres hmanos construimos casas, puentes, ,fortalezas con la ilusión de permanencia  que raya en eternidad,pero bien sabemos que nada es para siempre. Nos esmeramos en cuidar, reparar,conservar pero ante el tiempo y su paso todo vuelve y volverá a convertirse en polvo, arena del desierto.  Sabedores de ésta verdad ¿cómo construimos en los arenales del  desierto? En otro espacio y en otro tiempo mi querido J.L. Borges señaló que la diferencia está en la actitud con la que  vivimos y hacemos las cosas:  Nada está construido en la piedra. Todo está construido en la arena. Pero debemos construirlo como si la arena fuese piedra”


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Habitar en el desierto




El verbo "habitar" nos lleva de la mano a la experiencia de Vivir, a la Vida. ¿Dónde habitas? Es  un ¿Dónde vives? ¿Cómo vives en el desierto?  Nuestros ancestros en estas tierras fueron nómadas y nosotros somos sedentarios . La derivación de un estado de vida a otro tiene una larga historia y explicación. Por ahora recordemos que los padres de nuestros padres vivieron en tiendas nómadas que se levantaban a la salida del sol se cargaban en uno o varios animales y se instalaban al ponerse el sol.Esa vida trashumante estuvo ligada a la busqueda de pastos y agua  para sus animales. Cada día un viaje, y en cada estación una transformación de los ritmos y rituales debido al paso de días calientes a días fríos y de días breves  a noches largas. En la noche les cubrió la bóveda celeste cuajada de luminarias y de día valoraron ese trozo de tierra donde vivian efímeramente.Así, establecieron un díalogo perpetuo entre la tierra y el cielo. De esta cultura del desierto guardo con mucho afecto estas dos lineas que resumen qué es vivir y cómo se vive : “Mi hogar está alrededor de una hoguera y mis pastos alrededor de mis caballos” [1]





[1] Dicho tradicional Kirguiz

martes, 10 de noviembre de 2015

Viento y fuego del desierto



En el vastísimo panorama del desierto conviven e interactúan personajes colosales como el viento y el fuego.Cielo abrasador en el verano, urgencia del fuego en la tierra durante el largo invierno. En el invierno el viento puede apagar a un débil fuego que se resiste a extinguirse.Mas en el verano el fuego solar calienta a los vientos y los hace imperceptibles. Nosotros, los humanos de estas tierras estamos en medio de ellos, en medio de sus juegos y de sus dramas. Nosotros necesitamos  del viento y del fuego. Quizá porque estamos conscientes, en el fondo de nuestra alma, que el viento y el fuego del desierto son nuestra vida o ¿qué somos si no respiramos, qué somos si nos enfriamos? Somos vida en este instante  y cuando suceda seremos no vida, no aire, no fuego. Tambor que ya no suena, corazón que ya no late.





lunes, 9 de noviembre de 2015

Hijos del viento del desierto




El sentimiento de admiración , asombro y reverencia que sentimos los seres humanos para las fuerzas naturales encarnadas en las olas, el huracán, la tormenta de arena, la nevada , el arcoiris, los truenos y rayos y un nutrido etcetera nos han llevado ha establecer una suerte de filiación que desde muchos sigles atrás se resume con el título: Ser hijos de. En nuestro desierto es el Viento el que se enseñorea y es común que muchos grupos humanos se identifiquen con el Viento llamandose: Hijos del viento. Este título alude a la fuerza y a la transparencia del Viento. Pero destaca su carácter  de Señor con equipaje ligero, Señor que hoy está con nosotros y mañana muy lejos de aquí. El viento descansa en una ligera tienda junto con los humanos  y nos enseña a caminar en su alas siendo de pies ligeros y alma liviana -desapegada como el viento, de tantos apegos que genera nuestra condición terrestre.