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jueves, 12 de noviembre de 2015

Construir en el desierto




Sahuaro
Los seres hmanos construimos casas, puentes, ,fortalezas con la ilusión de permanencia  que raya en eternidad,pero bien sabemos que nada es para siempre. Nos esmeramos en cuidar, reparar,conservar pero ante el tiempo y su paso todo vuelve y volverá a convertirse en polvo, arena del desierto.  Sabedores de ésta verdad ¿cómo construimos en los arenales del  desierto? En otro espacio y en otro tiempo mi querido J.L. Borges señaló que la diferencia está en la actitud con la que  vivimos y hacemos las cosas:  Nada está construido en la piedra. Todo está construido en la arena. Pero debemos construirlo como si la arena fuese piedra”


jueves, 30 de julio de 2015

Hermosos

Da qué pensar las innumerables tiendas de cosméticos, salones de belleza y accesorios dedicados a mujeres y hombres con el propósito específico de verse y sentirse hermoso y hermosa. La pregunta es ¿será el verse hermoso, peinado y maquillada la felicidad en sí misma? ¿a qué se debe que aún invirtiendo tiempo, dinero y hasta sacrificios, los resultados del embellecimiento son tan fugaces, de tan corto alcance y hay que repetirlos una y otra vez? Además hay una parte de deseo: sea visto bien y ser admirado (a).   Tal vez estamos de cara a la impermanencia de todo lo que hay debajo del cielo. Tengo hambre, tomo un alimento y seis horas después volveré a tener hambre. Así con todo. Estos son rasgos de nuestra vida y de nuestra cultura urbana, sin embargo podemos escuchar la contribución de alguien muy simple y sencillo: Ser hermoso (a) significa ser tu mismo (a) . No necesitas ser aprobado por otros.  Es mejor que te aceptes a tí mismo.

— Inspirado por Thích Nhất Hạnh 

martes, 8 de abril de 2014

Pasar,permanecer

Cuando estamos inmersos en el temporal de viento,hielo y nieve un minuto parece una eternidad. El sentido del tiempo es flexible y tan subjetivo que depende de nuestros estados de ánimo para crecer o hacerse pequeño.Lo cierto es que los fenómenos de la natura y los sucesos humanos son efímeros y pasan en el tiempo. Nada permanece ni para nuestra tristeza y angustia ni para nuestros gozos. Dicen los capitanes de barco que en la tormenta sólo basta con agarrarse firmemente al barandal de la nave y esperar que se cumplan las palabras de los viejos sabios de nuestros desiertos: Una tormenta de arena pasa; las estrellas permanecen.


domingo, 2 de marzo de 2014

Hermosos abedules

Eucaliptos en Australia
Pinos en los Alpes
Maples en Canada
Sequoyas en California
Quinas en Peru
Talas en Argentina
Abedules en Rusia
Blancos abedules
altos abedules
hermosos abedules
Nosotros pasamos
Ellos se quedan 
nos hacen un guiño
de ojo...









































































































































































































































viernes, 29 de noviembre de 2013

Hay vida




Un anhelo humano es la permanencia y la inmortalidad. Un temor humano es tener que  morir. Desde que en este mundo somos, el anhelo y el temor se tejen como dos hilos de la misma cuerda. Cuando me detengo y contemplo a mis viejos árboles me reconforto. Los árboles me dicen, con su silencio, más que todos los libros escritos por los humanos. Por eso, recuerdo el mensaje de un amigo guitero:  Cada vez que abres un libro y te dispones a leerlo, un árbol sonríe al ver que sí hay vida después de la muerte.



viernes, 23 de noviembre de 2012

Derrota y victoria


 
 

Un rasgo distintivo de nuestra cultura es el anhelo de permanencia o durabilidad indefinida de los llamados bienes. Esos bienes también suelen ser llamados perecederos aunque pareciera que son inmortales. Así, cuando alguien construye su casa, cuando alguien adquiere un vehículo piensa que es para siempre y siempre es siempre. Pero nada de lo que está bajo la luz del sol es para siempre, nada, ni las personas, ni las ideas ni las cosas. En el campo de los errores humanos casi todo puede ser reparado y en el mundo de las competencias como de los combates impera la misma regla que dice así en boca de  mi querido José Saramago: La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitivo.