miércoles, 31 de julio de 2013

La breve lista








Al final del curso escolar la profesora le preguntó al grupo de adolescente de 12 años ¿pueden hacer una breve lista de lo que necesitan para ser felices antes de salir de vacaciones?  Nueve de cada diez estudiantes  mencionó objetos para ser feliz: aparatos electrónicos como teléfonos celulares, tabletas, juegos digitales y para moverse señalaban desde bicicletas de montaña hasta cuatrimotos. Sólo uno de cada diez estudiantes mencionó ir al rancho a estar con sus abuelos, familiares, conocer algo nuevo de México, viajar con su familia, hacer excursiones, ir de campo. Al enterarme recordé dos lineas del siempre lúcido Z Bauman: Aproximadamente la mitad de los bienes necesarios para la felicidad humana no se venden en el mercado ni tienen precio. Esos bienes para niños y adultos  son las experiencias gratuitas como, andar bajo la lluvia, brincar en los charcos, contemplar  los copos de nieve, subir al cerro, jugar a la rayuela, caminar por un sendero, escribir una nota, hacer una llamada a tantos llamados seres queridos que tenemos en el olvido, abrir los brazos y fundirnos en un largo abrazo. Estas experiencias ni se venden ni tienen precio…




Sin palabras



Es un privilegio para los seres humanos poder comunicarnos, estar cerca,en contacto y convivir. Un medio para ese fin es el empleo de las palabras y así ha sido desde el tiempo de las cavernas. Pero,desde ese tiempo los seres humanos descubrieron y nos lo han heredado...otro lenguaje y es el de la música -una de las artes. Hay seres humanos en todos los tiempos que eligieron amar,cultivar y compartir sus sentimientos, sus más poderosas ideas de fraternidad, amor y fortaleza y eligieron el lenguaje sin palabras que es la música. Un lenguaje para el cual no importan todas las demás categorías que dividen a los seres humanos: grupo étnico, lengua, patria, creencias, clase social, etc. Aprecio y le estoy agradecido a Victor Hugo por la brevedad de su mensje al respecto: La música expresa todo aquello que no puede decirse con palabras y no puede quedar en el silencio.

lunes, 29 de julio de 2013

Lectora





Y la que lee las manos me preguntó:
-¿Qué te recuerda ese nombre?-
 que es fuerte y tierno y asusta a más de uno. Es -de lo nombres- muy antiguo. Ese nombre es pino, higuera jugosa, buganvilia ardiente, casa de dos aguas, cuaderno y lápiz atento, madreselva y jazmín, aire fresco ,mirada distendida, brasas de aquellos fuegos, sonrojo, sonrisa, sorpresa, nombre amigo de la noche y sus  misterios, del fuego y sus secretos.

domingo, 28 de julio de 2013

Navegantes






La montaña para el montañés, el mar para el marinero, el aire para el aviador. Son los elementos primigenios e inspiradores de la vida, el trabajo y el amor con sus venturas y desventuras. Una gran mujer[1],  familiarizada con el mar y sus secretos ,anotó para nosotros: No conoce el arte de la navegación
 quien no ha bogado en el vientre
 de una mujer, remado en ella,
naufragado 
y sobrevivido en una de sus playas. Y con justa medida está su contraparte que forman el Uno y el Todo de la vida y del amor: “No conoce el arte de la navegación
 quien no ha bogado en los brazos
 de un hombre, remado en el,
naufragado 
y sobrevivido en una de sus playas”.








[1] Inspirado por  Cristina Peri Ross, Bitácora "Linguüística general" 1979

sábado, 27 de julio de 2013

De cerca y de lejos







La vista y la mirada tienen la dichosa propiedad de enfocar y adaptarse a las variables distancias y condiciones de iluminación de los objetos. Lo que sirve en el terreno de la pura física se aplica al mundo de las percepciones vitales, al rico mundo de las experiencias  cotidianas. Charlie Chaplin fue un ser humano dotado con  una gran sensibilidad para captar los sutiles movimientos de nuestras emociones y sentimientos. Cuando  estuvo en la recta final de su vida  hizo una breve y luminosa síntesis de su existencia y así quedo anotada:  Vista de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, parece una comedia.[1]








[1] Charles Chaplin.

viernes, 26 de julio de 2013

Dicen, Dijo, Digo







Dicen los astrofísicos que la edad del universo es de 14,000´000,000 –catorce mil millones de años.
Dicen los paleontólogos que el homo sapiens,sapiens amaneció en nuestro planeta hace 150,000  -ciento cincuenta mil años-  es decir, hace una fracción mínima de un segundo…
Dijo mi buen amigo poeta Alí Chumacero: Cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas, ya éramos tú y yo.
Digo, ahora comprendo que, lo que es y es bueno ,como el amor y sus encuentros, se ha gestado desde hace 14 mil millones de años…o más.