Cada sentido con el que la vida nos ha regalado tiene varias funciones.Entre ellas brilla la habilidad y capacidad para vincularnos plenamente como seres humanos. Imaginemos nuestro sentido del tacto que se expresa con la piel que nos envuelve. Desde criaturas recién nacidas hasta el instante de nuestra partida de este mundo la piel será el medio para que al tocar y ser tocados amorosamente sintamos el lazo fuerte de la vida que nos une a todos.En nuestro hablar reflejamos la cercanía al decir ,estamos en contacto.Hay una trilogía del contacto que podemos cultivar afectuosamente: estrechar nuestras manos; abrazar y abrazarnos, besar y besarnos.La práctica comienza desde niños y nos acompaña hasta la partida recordando que a la primera persona que hemos de mostrar este afecto es a nosotros mismos y de ahí para el mundo.Amar nuestro cuerpo que es el vehículo, el medio para llevar amor y compasión a sanos y sufrientes, a niños y ancianos.
Es una antología de las Cartas del Desierto que trasmito en Radio Universidad 105.3 FM y 1310AM, Chihuahua. Mexico. Una mirada sobre el mundo, la vida y la historia Social desde el desierto Chihuahuense en el Norte de México. Escribo y comparto mis sentires mientras vamos de camino: Si estas Cartas te ayudan y las reproduces, cita al autor y a la fuente. ¡Gracias por escribir tus comentarios¡ -La vida abre la puerta,nosotros hacemos el camino-
lunes, 14 de enero de 2013
sábado, 12 de enero de 2013
Sexto sentido
Estar unos días junto
al océano es un regalo de la vida y cada vez me aguarda una sorpresa, una
suerte de regalo y esta ocasión no ha sido la excepción. Junto al mar cobro
conciencia de mis cinco ventanas o sentidos. El mar es para ser visto y contemplado, oído y
escuchado,olfateado,tocado y saboreado
.Sin embargo hay un sexto sentido y es la llamada conciencia. La conciencia es el sexto sentido u órgano del sentido. Esto quiere decir que si
para ver necesito ojos para ver, así también, para descubrir el significado o
sentido del mundo, de la vida, de las personas y de las ideas necesito un sexto
sentido y se llama darse cuenta o conciencia.
Por la conciencia no sólo me doy cuenta de la situación en la que vivo
habitualmente sino también descubro que
,como humano, estoy siempre orientado a buscar una vida que vale la pena de ser vivida, incluso
cuando se den situaciones desventuradas, desfavorables o perversas. Este sexto
sentido u órgano del sentido nace con nosotros y espera que lo cuidemos, que lo
afinemos.
viernes, 11 de enero de 2013
Zarpar
Un
paseo por la orilla del mar me ha devuelto, entre el romper de las olas, a
darme cuenta que la fascinación y el respeto que me despierta el mar está en la
conciencia de ser un navegante. La vida es en buena medida una suerte de navegación.
Zarpamos del puerto y a un puerto vamos. Todo lo que sucede en el viaje está
salpicado de imponderables entre los cuales se incluye el naufragio posible.
Nada en el navegar es seguro porque el error humano, el descuido, la falta de
atención correcta nos puede desviar, extraviar. Gracias damos a los faros y a
otras ayudas externas e internas como nuestra atención, memoria, imaginación e
intuición que trabajan para que lleguemos al puerto. Así como hay un viaje personal,
este paseo marítimo me ha devuelto la conciencia de ser parte de la gran nave
que es nuestro planeta azul que surca el mar cósmico. Si nuestro viaje personal
está sujeto a los imponderables también nuestro viaje planetario. Cuando veo el
horizonte de nuestra especie humana creo vislumbrar tantas señales
esperanzadoras como otras que son amenazantes y que me alertan sobre la
probabilidad del naufragio de nuestra familia. De nosotros depende y aún
estamos a tiempo.
miércoles, 9 de enero de 2013
Cuidate
En todos los tiempos
humanos unos cuidan de nosotros y nosotros cuidamos de otros. Cuando la
conversación da un giro surgen otros cuidados, otros estados de alerta,
precaución y temor como: cuídate del resfrío, cuidate del vecino, cuídate de tu
amiga, cuidate del jefe, de la policía y del gobierno. La lista se puede volver
interminable en cuidados y en miedos.
Pero si somos sinceros, como me dijo, mi buen amigo Don Miguel: El ser humano
precavido comienza por casa y se aplica el Cuídate
de ti mismo. Con el paso de los años veo que sobre los demás seres humanos no tengo poder alguno
pero sobre mí. Sobre mí y de mí depende lo que pienso, lo que siento, las
palabras que digo y las que callo, las acciones constructivas y las destructivas.
Dejando de lado una visión con mezcla de
seriedades y temores excesivos creo que el Cuídate
de ti mismo tiene vigencia perenne.
martes, 8 de enero de 2013
Sol, árbol, abrazo…
El
macro mundo y el micro mundo. Lo insignificante y lo significativo. Lo
ordinario y lo extraordinario. He aquí algunas dimensiones de nuestra manera de
vivir, de ser y estar en este mundo, en esta nave que nos lleva en el paseo
cósmico –en el que unos subimos y otros
descendemos de la nave cuando nos llega nuestro
tiempo. Dentro de esta nave hay espacios
oscuros, húmedos, llamados cárceles, prisiones, penitenciarias, campos de
concentración y cosas por el estilo de siniestras. Un hombre recluido en uno de
esos lugares hizo un gran descubrimiento y dejo dicho: Ustedes allá afuera toman por insignificante lo que es gratuito. Aquí adentro es algo
maravilloso y significante un rayo de sol, ver un árbol, sentir un abrazo y
dialogar con alguien -que no es pelear,
ni discutir sin sentido. Me queda para
la meditación la relatividad de la plenitud y la felicidad que parece ser que
depende de cuan conscientemente vivimos los llamados pequeños detalles que son
portentos, sea que estemos fuera, sea que estemos dentro…¿No será que por
momentos los presos somos los que nos llamamos libres?
lunes, 7 de enero de 2013
Tropezarnos con la misma piedra
La
ciencia como la tecnología nos sorprende pues con cada invento que beneficia en
algo a los humanos se genera un problema. Decía Paul Virilio que, cuando se
inventó la primera nave se creó la probabilidad
de un naufragio y su calamidad…desde el primer árbol excavado y convertido en
canoa hasta el Ritz de los Mares o Titanic que se fue a pique con sus lujos,
arrogancia y aires de superioridad en su viaje inaugural de Inglaterra a Nueva
York. Joseph Conrad escribió al año del hundimiento del gran hotel flotante dos
brillantes artículos[1]
que pusieron de manifiesto rasgos de la civilización inglesa que palpita en la
mentalidad tecnológica de hoy a mas de cien años de distancia: Primero, la
confianza ciega en la tecnología, en los materiales …que fallan. Segundo, los
errores humanos como la pobre capacitación de los camareros del gran barco que
no ataron ni desataron ante el problema. Tercero, la mentalidad de los
pasajeros que bajo la insistencia de la propaganda de los empresarios se
convencieron de que el barco era insumergible y estuvieron reacios a subir a
los botes –los cuales no fueron suficientes para la totalidad de pasajeros y tripulantes- Cuarto, el tema
del gigantismo o tamaño que hace
pensar que todo mientras más grande es sinónimo de progreso y no se ve el lado frágil
de los gigantes con pies de barro. Mientras persisitimos en estas inconsistencias
seremos candidatos a tropezarnos dos
veces con la misma piedra.
domingo, 6 de enero de 2013
La velita y el foco
Una
escena nada fuera de lo común: hombres y mujeres comentando sobre la última
muerte de un conocido, de un pariente,
bajo violencia de una ráfaga cruzada o una bala perdida o por causa natural –que hoy suele ser la menos
natural de las causas...- Bien, en ese
grupo estaba doña Chonita tomando su café negro y con su cigarro de tabaco
negro asintiendo con la cabeza el compás que tomaba la conversación: De pronto
fue preguntada: ¿Cómo la ve Chonita? La
mujer dijo en medio de su fumarola: Todos
somos una velita que arde…pero no sabemos cuánta cera nos queda. Ahora
sonrío pues la frase de Chonita me llevó a recordar la última vez que compre un
foco. El vendedor me dijo: le durará diez mil horas. Yo le festejé el dato
diciendo: Si pero nadie que yo sepa lleva
cuenta de las horas que lleva ni de las
que le falta y la sorpresa siempre es mayúscula el día en que se muere.
Igual da si es velita o es foco, no estamos ni conscientes ni vigilantes.
sábado, 5 de enero de 2013
La séptima cuadra
Es
verano.Por la tarde. El sol ha descendido y sopla una brisa fresca, suave.Entre
el jacarandá y los grandes y brillantes ficus que crecen a izquierda y derecha
de mi camino escucho, de pronto, una voz amable que me pregunta: ¿Es la séptima
cuadra? Volteo y está a unos pasos un hombre ciego con su bastón y un rostro sonriente.
Veo a la primera casa y le respondo: No, señor, estamos aún en el 620. Me
respondió el hombre: Muchas gracias, ya falta poquito: Así es, le dije, y su
cara sonriente quedó impresa en mi memoria. Esta escena no tiene nada de extraordinaria excepto por
la capacidad que tuvo de remitirme a la Parábola del joven tuerto de Francisco
Rojas González. Un joven tuerto padeció
de las burlas de sus compañeros escolares. Pero un día en la fiesta de su
pueblo recibió el impacto de uno de los cohetes .El joven tuerto se convirtió en
ciego. Pasado el tiempo y conversando el joven con su madre surgió un
comentario: Mamá, cuando era tuerto los muchachos se burlaban de mí, ahora que
soy ciego todos me ayudan a cruzar la calle. He conectado ambas escenas y
descubro con cuanta abundancia recurrimos a dulcificar las realidades pues en
nuestra lengua hay nombres para casi todo y así el que no ve es ciego y a quien
le falta un brazo es manco. Por otro lado nuestra cultura tiende a burlarse de
la limitación del tuerto pero es compasiva con el ciego. Como el buen café,
estas realidades me ayudan a comprender la vida humana del primer al último sorbo.
viernes, 4 de enero de 2013
Migrar
Como los gansos canadienses estoy volando ahora al sur,al sur profundo.Atras queda la niebla ,la nieve,la ventisca.Por un breve tiempo circular veré cielos azules,campos verdes,olas espumosas,sonoras y toda la cordillera con su armonioso canto estival. Como los gansos canadienses,en su momento,haré el viaje hacia el norte,al norte profundo.
jueves, 3 de enero de 2013
Naranja quiero ser
Los seres humanos llegamos a este mundo como
pequeñas semillas y luego de largo viaje, que lleva años, nos convertimos en
los seres que somos -un poco por arte y
gracia de lo que aprendemos, de lo que imitamos, de la herencia que recibimos
de nuestros padres. Cierto es, también, que en no pocos momentos de la vida
queremos convertirnos en lo que no podemos porque nuestra naturaleza no nos lo
permite como desear tener seis brazos en lugar de dos. También nuestros
hermanos menores y mayores tienen sus propios deseos como contaba García Lorca:
La luna llorando dice:
yo quiero ser una naranja. Y le pregunto a qué se debe ese deseo y me
responde: cansada estoy de que me digan que soy fría y blanca pero hoy he visto a la tierra y me he enamorado de un
pequeño naranjo en un calladito jardín pequeño jardín y desde ese instante ¡naranja
quiero ser!
Poco tiempo, mucho tiempo
Dentro del reino de los aprendizajes
tenemos una larga lista como aprender a caminar, hablar,comer,bañarnos,valernos
por nosotros mismos, ser responsables, tomar decisones,amarrarnos las cintas de
los zapatos y hacer el nudo de la corbata. Hay otros aprendizajes no menos
importantes pero casi invisibles que tienen que ver con el difícil arte de
practicar la anhelada y complicada convivencia.
Buen observador de la vida humana, Ernest Hemingway mencionó una verdad
inolvidable: Se necesitan dos años para
aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.
martes, 1 de enero de 2013
Citrus sinensis
Dice la sabiduría humana
acumulada y trasmitida que hay un tiempo para soñar y hacer realidad, para sembrar,
cultivar y cosechar. Este primer día del año, literalmente, he tomado entre mis
manos unas cuantas naranjas –citrus
sinensis- que me ha regalado el pequeño naranjo que me acompaña en el callado jardín interior.
Aroma, color, textura, resplandor, todo hace honor a su nombre que en otras
lenguas se le dice fruta de oro como
recuerdo asociado al sol. Cierto es,
porque todo fruto en el mundo se gesta gracias al sol, el aire, el agua y el
cuidado amoroso. Unas cuantas naranjas o
narandan en lengua tamil, narensh en
persa, ,narang en sánscrito, naranjah en árabe, laranja
en portugués, arancia en italiano, orange en francés y
aurantium en latín por su recuerdo del oro. Otro mundo será lavar
cada una de las naranjas y tomar una de ellas pelarla lentamente y sentir como
exhala su aceite con ecos lejanos en el tiempo y en el espacio que cubre a toda la evolución. Beberla es oro líquido,
un placer ,una alegría ,un regalo de sorbo en sorbo. El universo cabe en una de
mis pequeñas naranjas cosechadas hoy, en el primer día del año. Día de gratitud
y alegría.
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