lunes, 14 de enero de 2013

Con tacto


 
Cada sentido con el que la vida nos ha regalado tiene varias funciones.Entre ellas brilla la habilidad y capacidad para vincularnos plenamente como seres humanos. Imaginemos nuestro sentido del tacto que se expresa con la piel que nos envuelve. Desde criaturas recién nacidas hasta el instante de nuestra partida de este mundo la piel será el medio para que al tocar y ser tocados amorosamente sintamos el lazo fuerte de la vida que nos une a todos.En nuestro hablar reflejamos la cercanía al decir ,estamos en contacto.Hay una trilogía del contacto que podemos cultivar afectuosamente: estrechar nuestras manos; abrazar y abrazarnos, besar y besarnos.La práctica comienza desde niños y nos acompaña hasta la partida recordando que a la primera persona que hemos de mostrar este afecto es a nosotros mismos y de ahí para el mundo.Amar nuestro cuerpo que es el vehículo, el medio para llevar amor y compasión a sanos y sufrientes, a niños y ancianos.





sábado, 12 de enero de 2013

Sexto sentido


Estar unos días junto al océano es un regalo de la vida y cada vez me aguarda una sorpresa, una suerte de regalo y esta ocasión no ha sido la excepción. Junto al mar cobro conciencia de mis cinco ventanas o sentidos. El mar es para ser visto  y contemplado, oído y escuchado,olfateado,tocado  y saboreado .Sin embargo hay un sexto sentido y es la llamada conciencia. La conciencia es el sexto sentido  u órgano del sentido. Esto quiere decir que si para ver necesito ojos para ver, así también, para descubrir el significado o sentido del mundo, de la vida, de las personas y de las ideas necesito un sexto sentido y se llama darse cuenta o conciencia. Por la conciencia no sólo me doy cuenta de la situación en la que vivo habitualmente sino también  descubro que ,como humano, estoy siempre orientado a buscar una vida  que vale la pena de ser vivida, incluso cuando se den situaciones desventuradas, desfavorables o perversas. Este sexto sentido u órgano del sentido nace con nosotros y espera que lo cuidemos, que lo afinemos.

viernes, 11 de enero de 2013

Zarpar


 

 

 

Un paseo por la orilla del mar me ha devuelto, entre el romper de las olas, a darme cuenta que la fascinación y el respeto que me despierta el mar está en la conciencia de ser un navegante. La vida es en buena medida una suerte de navegación. Zarpamos del puerto y a un puerto vamos. Todo lo que sucede en el viaje está salpicado de imponderables entre los cuales se incluye el naufragio posible. Nada en el navegar es seguro porque el error humano, el descuido, la falta de atención correcta nos puede desviar, extraviar. Gracias damos a los faros y a otras ayudas externas e internas como nuestra atención, memoria, imaginación e intuición que trabajan para que lleguemos al puerto. Así como hay un viaje personal, este paseo marítimo me ha devuelto la conciencia de ser parte de la gran nave que es nuestro planeta azul que surca el mar cósmico. Si nuestro viaje personal está sujeto a los imponderables también nuestro viaje planetario. Cuando veo el horizonte de nuestra especie humana creo vislumbrar tantas señales esperanzadoras como otras que son amenazantes y que me alertan sobre la probabilidad del naufragio de nuestra familia. De nosotros depende y aún estamos a tiempo.

 

miércoles, 9 de enero de 2013

Cuidate


En todos los tiempos humanos unos cuidan de nosotros y nosotros cuidamos de otros. Cuando la conversación da un giro surgen otros cuidados, otros estados de alerta, precaución y temor como: cuídate del resfrío, cuidate del vecino, cuídate de tu amiga, cuidate del jefe, de la policía y del gobierno. La lista se puede volver interminable  en cuidados y en miedos. Pero si somos sinceros, como me dijo, mi buen amigo Don Miguel: El ser humano precavido comienza por casa y se aplica el Cuídate de ti mismo. Con el paso de los años veo que sobre  los demás seres humanos no tengo poder alguno pero sobre mí. Sobre mí y de mí depende lo que pienso, lo que siento, las palabras que digo y las que callo, las acciones constructivas y las destructivas. Dejando de lado una visión  con mezcla de seriedades y temores excesivos creo que el Cuídate de ti mismo tiene vigencia perenne.

martes, 8 de enero de 2013

Sol, árbol, abrazo…


 

 

 

El macro mundo y el micro mundo. Lo insignificante y lo significativo. Lo ordinario y lo extraordinario. He aquí algunas dimensiones de nuestra manera de vivir, de ser y estar en este mundo, en esta nave que nos lleva en el paseo cósmico –en el que unos subimos  y otros descendemos  de la nave cuando nos llega nuestro  tiempo. Dentro de esta nave hay espacios oscuros, húmedos, llamados cárceles, prisiones, penitenciarias, campos de concentración y cosas por el estilo de siniestras. Un hombre recluido en uno de esos lugares hizo un gran descubrimiento y dejo dicho: Ustedes allá afuera toman por insignificante  lo que es gratuito. Aquí adentro es algo maravilloso y significante un rayo de sol, ver un árbol, sentir un abrazo y dialogar con alguien  -que no es pelear, ni discutir sin sentido. Me queda   para la meditación la relatividad de la plenitud y la felicidad que parece ser que depende de cuan conscientemente vivimos los llamados pequeños detalles que son portentos, sea que estemos fuera, sea que estemos dentro…¿No será que por momentos los presos somos los que nos llamamos libres?   

lunes, 7 de enero de 2013

Tropezarnos con la misma piedra

La ciencia como la tecnología nos sorprende pues con cada invento que beneficia en algo a los humanos se genera un problema. Decía Paul Virilio que, cuando se inventó la primera nave  se creó la probabilidad de un naufragio y su calamidad…desde el primer árbol excavado y convertido en canoa hasta el Ritz de los Mares o Titanic que se fue a pique con sus lujos, arrogancia y aires de superioridad en su viaje inaugural de Inglaterra a Nueva York. Joseph Conrad escribió al año del hundimiento del gran hotel flotante dos brillantes artículos[1] que pusieron de manifiesto rasgos de la civilización inglesa que palpita en la mentalidad tecnológica de hoy a mas de cien años de distancia: Primero, la confianza ciega en la tecnología, en los materiales …que fallan. Segundo, los errores humanos como la pobre capacitación de los camareros del gran barco que no ataron ni desataron ante el problema. Tercero, la mentalidad de los pasajeros que bajo la insistencia de la propaganda de los empresarios se convencieron de que el barco era insumergible y estuvieron reacios a subir a los botes –los cuales no fueron suficientes para la totalidad  de pasajeros y tripulantes- Cuarto, el tema del gigantismo o tamaño que hace pensar que todo mientras más grande es sinónimo de progreso y no se ve el lado frágil de los gigantes con pies de barro. Mientras persisitimos en estas inconsistencias seremos candidatos a tropezarnos dos veces con la misma piedra.



[1] Joseph Conrad.English Review, 1912.

domingo, 6 de enero de 2013

La velita y el foco


 
 
Una escena nada fuera de lo común: hombres y mujeres comentando sobre la última muerte  de un conocido, de un pariente, bajo violencia de una ráfaga cruzada o una bala perdida o por  causa natural –que hoy suele ser la menos natural de las causas...-  Bien, en ese grupo estaba doña Chonita tomando su café negro y con su cigarro de tabaco negro asintiendo con la cabeza el compás que tomaba la conversación: De pronto fue preguntada: ¿Cómo la ve Chonita?  La mujer dijo en medio de su fumarola: Todos somos una velita que arde…pero no sabemos cuánta cera nos queda. Ahora sonrío pues la frase de Chonita me llevó a recordar la última vez que compre un foco. El vendedor me dijo: le durará diez mil horas. Yo le festejé el dato diciendo: Si pero nadie que yo sepa lleva cuenta de las horas  que lleva ni de las que le falta y la sorpresa siempre es mayúscula el día en que se muere. Igual da si es velita o es foco, no estamos ni conscientes ni vigilantes.

 

 

sábado, 5 de enero de 2013

La séptima cuadra




Es verano.Por la tarde. El sol ha descendido y sopla una brisa fresca, suave.Entre el jacarandá y los grandes y brillantes ficus que crecen a izquierda y derecha de mi camino escucho, de pronto, una voz amable que me pregunta: ¿Es la séptima cuadra? Volteo y está a unos pasos un hombre ciego con su bastón y un rostro sonriente. Veo a la primera casa y le respondo: No, señor, estamos aún en el 620. Me respondió el hombre: Muchas gracias, ya falta poquito: Así es, le dije, y su cara sonriente quedó impresa en mi memoria. Esta escena  no tiene nada de extraordinaria excepto por la capacidad que tuvo de remitirme a la Parábola del joven tuerto de Francisco Rojas González. Un joven  tuerto padeció de las burlas de sus compañeros escolares. Pero un día en la fiesta de su pueblo recibió el impacto de uno de los cohetes .El joven tuerto se convirtió en ciego. Pasado el tiempo y conversando el joven con su madre surgió un comentario: Mamá, cuando era tuerto los muchachos se burlaban de mí, ahora que soy ciego todos me ayudan a cruzar la calle. He conectado ambas escenas y descubro con cuanta abundancia recurrimos a dulcificar las realidades pues en nuestra lengua hay nombres para casi todo y así el que no ve es ciego y a quien le falta un brazo es manco. Por otro lado nuestra cultura tiende a burlarse de la limitación del tuerto pero es compasiva con el ciego. Como el buen café, estas realidades me ayudan a comprender la vida humana  del primer al último sorbo.

viernes, 4 de enero de 2013

Migrar

Como los gansos canadienses estoy volando ahora al sur,al sur profundo.Atras queda la niebla ,la nieve,la ventisca.Por un breve tiempo circular veré cielos azules,campos verdes,olas espumosas,sonoras y toda la cordillera con su armonioso canto estival. Como los gansos canadienses,en su momento,haré el viaje hacia el norte,al norte profundo.

jueves, 3 de enero de 2013

Naranja quiero ser







Los seres humanos llegamos a este mundo como pequeñas semillas y luego de largo viaje, que lleva años, nos convertimos en los seres que somos  -un poco por arte y gracia de lo que aprendemos, de lo que imitamos, de la herencia que recibimos de nuestros padres. Cierto es, también, que en no pocos momentos de la vida queremos convertirnos en lo que no podemos porque nuestra naturaleza no nos lo permite como desear tener seis brazos en lugar de dos. También nuestros hermanos menores y mayores tienen sus propios deseos como contaba García Lorca: La luna llorando dice:yo quiero ser una naranja. Y le pregunto a qué se debe ese deseo y me responde: cansada estoy de que me digan que soy fría y blanca pero hoy  he visto a la tierra y me he enamorado de un pequeño naranjo en un calladito jardín pequeño jardín y desde ese instante ¡naranja quiero ser!





Poco tiempo, mucho tiempo







Dentro del reino de los aprendizajes tenemos una larga lista como aprender a caminar, hablar,comer,bañarnos,valernos por nosotros mismos, ser responsables, tomar decisones,amarrarnos las cintas de los zapatos y hacer el nudo de la corbata. Hay otros aprendizajes no menos importantes pero casi invisibles que tienen que ver con el difícil arte de practicar la anhelada y complicada convivencia. Buen observador de la vida humana, Ernest Hemingway mencionó una verdad inolvidable: Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar.










martes, 1 de enero de 2013

Citrus sinensis





Dice la sabiduría humana acumulada y trasmitida que hay un tiempo para soñar y hacer realidad, para sembrar, cultivar y cosechar. Este primer día del año, literalmente, he tomado entre mis manos unas cuantas naranjas –citrus sinensis- que me ha regalado el pequeño naranjo que  me acompaña en el callado jardín interior. Aroma, color, textura, resplandor, todo hace honor a su nombre que en otras lenguas se le dice fruta de oro como recuerdo asociado al sol. Cierto es, porque todo fruto en el mundo se gesta gracias al sol, el aire, el agua y el cuidado amoroso. Unas cuantas naranjas o  narandan en lengua tamil, narensh en persa, ,narang en sánscrito, naranjah en árabe, laranja en portugués, arancia en italiano, orange en francés y aurantium en latín por su recuerdo del oro. Otro mundo será lavar cada una de las naranjas y tomar una de ellas pelarla lentamente y sentir como exhala su aceite con ecos lejanos en el tiempo y en el espacio que cubre  a toda la evolución. Beberla es oro líquido, un placer ,una alegría ,un regalo de sorbo en sorbo. El universo cabe en una de mis pequeñas naranjas cosechadas hoy, en el primer día del año. Día de gratitud y alegría.